México, 20 May (Notimex).- Con la llegada de la Internet, los teléfonos inteligentes, millones de aplicaciones y, sobre todo las redes sociales, se desplegó un abanico de expresiones culturales; las tendencias musicales, artísticas, literarias, de moda e incluso culinarias de prácticamente todo el mundo, por primera vez se podían conocer con tan sólo un click.
Ello ocasionó que se surgieran nuevas tribus urbanas, integradas por individuos que buscan diferenciarse del resto de las personas que habitan este mundo globalizado, en el que todo tiende a ser igual.
Estas subculturas juveniles son diversas; van desde los conocidos como fresas, punks, chairos y emos, hasta los llamados hipsters, rollers, rockabillys, forevers, chakas y cosplayers; sus integrantes, como en todas las tribus urbanas, comparten gustos, intereses, opiniones, espacios que frecuentan y formas de disfrutar la vida.
“Todo parte, de que el hombre por naturaleza tiende a la agrupación, a buscar a gente que sea afín a ellos en términos de intereses, motivaciones, inquietudes e ideologías; ésta es la condición de las tribus urbanas y comunidades virtuales”, explica a Notimex Jorge Alberto Hidalgo Toledo, quien es coordinador académico del Posgrado de Comunicación en la Universidad Anáhuac.
Este deseo de agrupación, menciona el especialista en culturas juveniles y medios de comunicación, se presenta principalmente en los jóvenes, ya que es la etapa de la vida en la que se conforma la identidad.
“Hay un momento que tu preadolescente, adolescente, joven, lo que buscas es alguien que te comprendan, alguien con quien te puedas comunicar y espacios donde puedas pertenecer y sobre todo donde puedan validar tu identidad”.
De las tribus urbanas a los cultos mediáticos
Las primeras tribus urbanas vieron la luz en la segunda mitad del siglo pasado, tras la recuperación económica que llegó con el fin de la Segunda Guerra Mundial; la generación beat, en los años 50; hippies, en la década de los 60 y punks en los 70’s, pueden considerarse los pioneros de las agrupaciones juveniles más representativas.
Sin embargo, hubo muchas más, las cuales en un principio adoptaron ciertas características de sus predecesoras; “son hibridaciones que se van dando, porque muchos de los que surgen de un movimiento se anclan a otro, hacen lo que en términos sociológico llamamos migraciones identitarias.
“De pronto ya no encajan con un grupo, sienten que ya no se identifican, porque ya no hay adscripción a los grupos musicales y por lo tanto migran a otro género, a otra estética y luego a una ideología, son pasos que se van dando”, detalla el Doctor en Comunicación Aplicada Hidalgo Toledo, respecto a los elementos que motivan el surgimiento de nuevas tribus urbanas.
En la década de los 80, el nacimiento de la cultura pop, que se empieza a extenderse en el mundo, motiva una diversificación de movimientos; góticos, metaleros, rastafaris, amantes del grunge y del rap, se adueñaron de las calles de diversas partes del mundo, incluyendo las de la Ciudad de México.
Mientras que “de los 90 a los 2000 lo que se empieza a ver es la incursión de las expresiones juveniles más ancladas a los cultos mediáticos y prácticamente del 2000 al 2005 se da el boom de las generaciones mediáticas (…)
“Particularmente en de los últimos 12 años, con las redes sociales se nos abrió el abanico de expresiones culturales; entonces pasamos de las grandes culturas o tribus culturales mediáticas, a lo que hoy llamamos los micro nichos, nano audiencia, micro tribus”, apunta el académico.
Estas nuevas agrupaciones son fuertemente influenciadas por las lógicas de consumo impuestas por el capitalismo, lo que ha generado lo que los especialistas llaman juventud extendida, fenómeno en el que la adolescencia es vista en un rango de 9 a 35 años, lo que implica que gente de mayor edad forme parte de las nuevas tribus urbanas.
Nuevas tribus urbanas en la Ciudad de México
Con tan solo observar a detalle las calles de las diferentes zonas de esta cosmopolita ciudad, se pueden apreciar transitar múltiples estilos, personalidades e identidades; desde jóvenes madres que llevan felices a sus hijos al colegio, pasando por chicos de aspecto intelectual y con tupidas barbas, hasta adolescentes perdidos como zombies con sus celulares.
Todos ellos forman parte de las recientes subculturas de la Ciudad de México, las cuales de acuerdo con el libro “Las Nuevas Tribus Urbanas” del comunicólogo Paco Santa María, incluye: góticos, fresas, punks, lobukis, hispters, frester, forvers, cougars, chakas, rockabillys y skaters, los cuales destacan en la categorización que propone, integrada por 25 nuevas culturas juveniles.
Una característica relevante de estas nuevas tribus urbanas es que además de estar conformadas por personas de diversas edades, sus miembros tienen la libertad de pertenecer a otras agrupaciones diferentes, lo que según indica Hidalgo Toledo, responde a que en la actualidad, la identidad tiene que ver con la diferenciación.
“Ahora tenemos a los hipster, que los encuentras hasta con lógicas barriales; están en la colonia Roma, Condesa, la Juárez, mezclados en fronteras con Polanco.
“También te encuentras cosplayer (fanáticos de los videojuegos) que van por ahí jugando como si la vida fuera un escenario; sigues existiendo hippitecas; algunos emos perdidos por ahí pero ya están como en una versión reactualizada”, señala el especialista sobre las nuevas tribus urbanas de esta capital.
Ellas como las existentes en diversas partes del mundo, apunta con severidad, “son consecuencias de la racionalidad de lo que llamamos hoy este capitalismo hippie, que es más de onda, más cool, más atrevido, pero también más agresivo, más trasnacional, por lo que se necesita fragmentar el mercado para generar más prácticas de consumo.
“Nos hemos dado cuenta que entre a más tribus o comunidades de consumo pertenezcas más vas a contribuir a la mecánica y a la racionalidad del sistema”, subraya.