¿De qué hablamos cuando hablamos de nuevas tendencias de relaciones como los sugar daddies, y las sugar babies?
¿Es un nuevo caso de prostitución, esta vez, disfrazada?
Al ingresar a distintas aplicaciones que juntan a sugar daddies, hombres millonarios que no escatiman al momento de pagar una colegiatura que no sea la de sus hijas, y a sugar babies, jovencitas con problemas económicos, pero con mucha disposición a satisfacer a un hombre mayor que podría ser su papá, o su abuelo, encontramos lo siguiente.
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A diferencia de las aplicaciones para citas, aquí no se busca a una media naranja, un hombre ideal, o una cita informal; tampoco concretar un encuentro sexual, al menos no directamente.
Las chicas, de no más de 27 años, ofrecen su servicio de compañía a cambio de un empujón económico.
Para ello, tienen la posibilidad de elegir entre miles de perfiles de ricachones que especifican sus ingresos anuales, el presupuesto cotidiano que están dispuestos a costear, y su valor neto, que se expresa en millones.
Por su parte, las jóvenes féminas se describen a partir de rasgos físicos como su altura, su complexión, y su etnia. Su belleza es su arma más poderosa al momento de buscar un papi sustituto.
Por supuesto, los sugar daddies no son altruistas de buen corazón que abren fundaciones para otorgar becas a muchachillas necesitadas.
Cualquiera que suelte su dinero de esta manera, no lo hará para quedar con una chica para jugar a las muñecas.
Ya todo es consensuado
Cuando estos hombres, casi todos ellos mayores de 40 años, abren la billetera, es porque saben que, implícitamente, ese servicio de “acompañamiento” incluye toda la disponibilidad de la acompañante. El único límite será la cantidad de dinero que estén dispuestos a pagar.
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Como podemos ver, a pesar de que estas aplicaciones para sugar daddies y sugar babies especifican en sus términos que prohiben la prostitución, las actividades que incentivan, encajan perfectamente con la definición de prostitución: intercambio de dinero por relaciones s3xuales.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que muchas mujeres están dispuestas a conseguir lo que desean de los hombres a cambio de dar un poco de afecto y contacto físico. Este intercambio lo podemos encontrar en distintos tipos de las relaciones.
Actualmente, es la tendencia entre hijas y padres postizos la forma más explícita que ha tomado este intercambio, pero que raya, sino es que se confunde, con la prostitución.