La pandemia de COVID-19 no sólo trajo secuelas cognitivas, el colapso de sistemas de salud y muertes, también trajo consigo mucha incertidumbre, pues a su llegada, las personas comenzaron a difundir teorías conspirativas y fake news, creando así un ambiente de escepticismo tóxico.

Por lo que la sociedad científica ‘The Royal Society’, publicó una encuesta para reunir la opinión de miles de participantes de México, Estados Unidos, España e Irlanda, con la intención de medir la susceptibilidad que tienen de caer en noticias falsas sobre el COVID-19 y analizar el rol que estas creencias juegan en la salud.

De este modo, mayor susceptibilidad a la información falsa, mayor es la probabilidad de incumplir con las normas sanitarias, como usar cubrebocas, lavarse las manos y respetar Susana Distancia.

El estudio arrojó que, a diferencia de los demás países, donde los abuelitos tienen mayores probabilidades de caer en la desinformación y fake news, en México la edad no es un factor para hacerlo, pues, tanto jóvenes como adultos son propensos a caer en la red de la desinformación y compartirlas por igual.

De acuerdo con la encuesta, el 33% de mexicanos (1 de cada 3) considera que el COVID-19 fue creado en un laboratorio de Wuhan, China, dónde comenzó la pandemia a finales de 2019, mientras que el 16% consideran que el virus está relacionado de algún modo a una conspiración sobre el uso de la tecnología 5G.

De acuerdo con el portal “Muy Interesante”, entre las teorías conspirativas, el estudio reveló dos factores clave en común entre las personas menos susceptibles a caer en desinformación sobre el SARS-CoV-2; “una mayor confianza en los científicos y tener mayores habilidades numéricas se asociaron con una menor susceptibilidad a la información errónea relacionada con el coronavirus”.

De este modo, los científicos a cargo del estudio también sugirieron que las intervenciones que tienen como objeto mejorar el pensamiento crítico y la confianza en la ciencia, pueden cambiar dichos resultados.