Toda una generación de jóvenes y adultos recibió de brazos abiertos a la nueva forma de comunicarse con familiares y amigos que presentaba Facebook, allá por 2006. Bajo la promesa de generar una conexión online con personas del pasado y a la vez poder entablar nuevas relaciones, la plataforma generó un cambio profundo en el entramado social de comunidades de todo el planeta.
Más de una década después, la aparente fascinación por el gigante a cargo de Mark Zuckerberg parecería estar en declive, sobre todo entre los menores de 25 años. Cerca de uno de cada cinco usuarios de Facebook, o lo que equivale al 18.4 %, asegura usar la red social menos que hace un año atrás, según una encuesta sobre mil personas realizada por Honest Data, una firma de investigación de mercado a cargo de Tavis McGinn, un ex empleado de Facebook.
En comparación, un 14% de los encuestados aseguró pasar más tiempo dentro de la plataforma, mientras que otro 28% alega pasar la misma cantidad de tiempo que hace un año, según consigna el periódico norteamericano USA Today. Otras encuestas lideradas por firmas de investigación de mercado de la talla de Comscore también desnudan una verdad que ya resulta difícil de ocultar. El tiempo de permanencia de los jóvenes dentro de Facebook está a la baja.
Sin ir más lejos, fue el propio Mark Zuckerberg el que compartió el mes pasado a sus inversores que los usuarios de Facebook pasaron 50 millones de horas diarias menos en su red social, comparado al cuatrimestre anterior. Llamativamente, Facebook dejó de compartir cuanto tiempo pasan las personas en su plataforma desde 2016.
Datos de la firma eMarketer no son mucho más alentadores. Facebook perdió cerca de 2.8 millones de usuarios en EEUU menores de 25 años, sólo en 2017, y aparentemente el panorama para 2018 dista de ser positivo. Más precisamente, el número de usuario activos de la plataforma, entre 12 y 17 años, bajó un 9.9 por ciento el año pasado, o lo que representa a 1.4 millones de usuarios, una cifra tres veces superior a la estimada.
El “miedo a perderse de algo”, o FOMO por la expresión en inglés de “fear of missing out”, alimentado por los propios “posts” del círculo de amigos virtuales, es uno de los motores que hasta hace poco le servían a la popular red social para mantener a sus más de dos mil millones de usuarios activos enganchados a su feed de noticias, el mismo espacio que hoy Facebook ha decidido tenga menor participación de contenidos editoriales y publicitarios para darle nuevamente mayor prioridad a las interacciones “profundas” con amistades y familiares, con el objetivo de generar menores efectos negativos sobre la psiquis de sus usuarios.
Más de una docena de usuarios de Facebook entrevistados por el periódico USA Today aseguran que se han comenzado a cuestionar su relación dependiente con la red social. No sólo les genera menos simpatía la plataforma, sino que pasan menos tiempo en ella.
“Me encanta el hecho de poder estar conectada con familiares y amigos y ver qué sucede con sus vidas, pero también tiene un costado oscuro” compartió a USA Today Brenda Rivera, una fotógrafa de 52 años residente de Tejas. Luego de desarrollar una adicción a las redes, hoy limita su uso a 45 minutos al día y trata de evitar Facebook durante los fines de semana.
Otros de los entrevistados destacaron el hecho de que red social se ha vuelto una plataforma para alardear los logros personales, donde se intenta proyectar una imagen personal que no es cercana a la realidad. “Hay esposas que comparten cuanto aman a sus maridos pero en el fondo es sabido que están por divorciarse” compartió a USA Today Jennifer Banks Levinson, una maestra de California de 47 años. “Hay otros que comparten fotos de su Porsche en el garage pero en realidad están por perder su casa” agregó.
Existen una infinidad de motivos que podrían haber llevado a las personas, sobre todo los jóvenes, a alejarse de un producto que hasta no hace mucho parecía imposible de ignorar. Algunos alegan que la llegada de Snapchat, firma que hoy atraviesa un relativo renacer tras haber reportado resultados positivos para sus inversores por primera vez desde que salió a la bolsa, hizo que instantáneamente Facebook pareciera algo del pasado, donde sólo habitan adultos mayores.
Pero no es únicamente el factor “poco cool” el que podría haber alejado a los más jóvenes, y aquellos que ya no lo son, de la red social Facebook. El hecho de que la plataforma sirva como una especie de registro público de la vida no ayuda a quienes tienen una necesidad de controlar qué se sabe sobre ellos, sobre todo en una era donde una foto de hace diez años puede costarle a alguien un prometedor nuevo puesto de trabajo, o la posibilidad de formar una relación con alguien.
El hecho de que Snapchat e Instagram, otro producto bajo el paraguas de Facebook que ha sido criticado en su momento por inspirarse tal vez de forma demasiado literal en la creación de la firma de Evan Spiegel a la hora de crear sus hoy imbatibles “Stories”, comparten la particularidad de que sus contenidos se “auto destruyen” transcurrido un determinado período de tiempo, hace que se conviertan en herramientas ideales para usuarios que valoran el aquí y ahora y no el pasado, reciente o lejano, de su cotidianidad.
EMarketer además pronostica que Facebook perderá usuarios en los tres grupos etários por debajo de 25 años, entre los que se encuentran menores de 11 años, a pesar de que las normas de la plataforma requieren que la edad de entrada sea de 13 años, algo fácilmente sorteable aún por los más novatos.
Independientemente de las estadísticas, números duros y pronósticos de expertos en investigación de mercado, la difusión fuera de control de mensajes de odio, entre los que se encuentran lamentables casos de suicidio, asesinatos y violaciones transmitidas en vivo, además de la manipulación maliciosa por terceros de contenidos supuestamente noticiosos para poder influenciar en resultados electorales, no ayuda a limpiar la imagen de una firma que hasta no hace tanto era asociada casi indefectiblemente a contenidos inofensivos, no politizados y sin intenciones ocultas.
Será cuestión de ver si una mayor presencia de posteos de usuarios comunes y no editoriales ayudarán a que Facebook vuelva a convertirse en el espacio feliz y de entretenimiento sano que supo ser en sus inicios.
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Source: Infobae