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viernes, septiembre 20, 2024

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Una desconocida se acercó a ella en el estacionamiento. Tenía algo muy extraño que ofrecerle

¿No les pasa que se aguantan todo en la vida, pero siempre es una pequeñez la que hace que las malditas lágrimas salgan? Puedes terminar con tu novio y aguantar el llanto. Vas con la garganta apretada pero las mejillas secas a su casa y… ¡no encuentras tus llaves! Es en ese momento que todo se quiebra y comienzan las lágrimas.

Eso es más o menos lo que sentía una mamá estadounidense, Kristin Sherman, el 31 de diciembre en el estacionamiento del supermercado.

Había logrado entrar a la tienda con sus dos hijos pequeños y comprado lo que necesitaba para una fiesta de Año Nuevo. Estaba cansada, estresada y quería que las fiestas pasasen rápido.

Cuando pensó que ya todo estaba listo fue a su auto -al final del estacionamiento ya que en esa fecha todo estaba llenísimo- y ¡NO! volcó su leche en el pavimento, perdiéndola.

Estaba allí, cansada y derrotada, cuando una mujer se le acercó. Te invitamos a leer su historia:

“Anoche me encontré en un estacionamiento en el supermercado Essexville al borde del llanto luego de que la leche que había puesto en mi auto se cayese y derramara en todo el lugar… Antes de eso había logrado tomar un par de productos que necesitaba y comida para nuestra pequeña fiesta para cuatro personas con dos niños muy cansados. Logramos llegar a la tienda escapando un berrinche del menor.

Ahora la leche que necesitaba estaba en el suelo. No parece algo grave hasta que te encuentras con dos niños sentados en el auto con su cinturón puesto, uno llorando, estacionada casi al final del estacionamiento porque es víspera de Año Nuevo. Quién compra en Año Nuevo con niños, jaja.

De todas formas, poco sabía que una persona en un auto estacionado en el pasillo frente a mí me miraba. Puse el carro de compras en su área, junto a ese auto en cuestión. Una mujer bajó de él y me dijo: “Lamento que hayas botado tu leche. Soy una abuela y sé cómo es. Por favor déjame ir a traerte otra leche”. Le dije que no, que estaba bien. No podía hacer que esta “abuela” hiciera eso por mí. Ella insistió.

Unsplash.

Finalmente estuve de acuerdo porque sabía que los niños necesitaban su leche en la noche. Me dijo que esperara y que ella volvía pronto.

Esperé y volvió. Me ofrecí a pagarle. Ella no aceptaba y le rogué que tomara el dinero. No lo iba a hacer. Me deseó Feliz Año Nuevo y le agradecí, le di un abrazo y me volví a entrar al auto. No solo me regaló un galón de leche sino que me trajo un galón adicional y una tarjeta de regalo. No tiene idea de lo que hizo su acto de bondad por mí. Me sentía exhausta y derrotada desde el comienzo de la semana y este acto de bondad de un desconocido me hizo llorar como un bebé.

Gracias a la abuela del estacionamiento. Este 2017 espero que podamos ser todos un poco como ella. Estoy esperando que la mujer que me ayudó anoche vea esto. Por favor, siéntanse libres de compartir. ¡Menos odio, más amor, ese es mi deseo para el 2017!”

Qué hermoso acto de bondad, no solo disponer de dinero para otro, sino que de tiempo en una época en que nos falta bastante.

 

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Post y Contenido Original de : UPSOCL
http://www.upsocl.com/inspiracion/una-desconocida-se-acerco-a-ella-en-el-estacionamiento-tenia-algo-muy-extrano-que-ofrecerle/
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