Pocos hombres han dejado una huella más profunda en el mundo del automóvil que el genial Enzo Anselmo Ferrari Del Piero. Nacido en la ciudad italiana de Módena el 18 de febrero de 1898, fue el fundador de la Scuderia Ferrari y más tarde de la legendaria y codiciada marca de automóviles que llevaría su nombre.
Desde temprana edad, Enzo soñaba con convertirse en un periodista o cantante de ópera, pero cuando su padre Alfredo lo llevó a él y a su hermano Dino a ver una carrera de coches cerca de Módena, tuvo la oportunidad de ver competir al inigualable Vincenzo Lancia. A partir de ese día su vida quedaría marcada a fuego por las carreras de automóviles.
“En Italia estaban el Papa y luego venía Enzo” aseguró Luca dal Monte, autor de la nueva biografía de Ferrari, en diálogo con el periódico The New York Times. La versión original en italiano de mil páginas de extensión, obtuvo excelentes críticas desde su lanzamiento en 2016. De inspiración novelesca, el escrito servirá de guión para una miniserie sobre la vida de “Il Commendatore” o el comandante.
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Titulado “Enzo Ferrari: Poder, Política y la Construcción de un Imperio Automovilístico”, el libro explora la vida y obra del hombre detrás de la firma del “Cavallino Rampante”, contada a través de los ojos de quién ejerció como jefe de prensa de la empresa italiana en suelo norteamericano, entre los años 2001 a 2005.
Escrito inicialmente en italiano y luego, traducido al inglés y adaptado por el propio Dal Monte, la obra rescata el hecho de que Ferrari, como compañía, le debe todo a su fundador. A pesar de ser recordado como un ser frío y calculador, muy lejos de la imagen alegre y distendida normalmente asociada con los italianos, Enzo estaba convencido de que alcanzaría el éxito, por lo que su comportamiento podía ser tildado, por momentos, como excesivamente frontal y agresivo.
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Dal Monte asegura que, a pesar de su terquedad, Ferrari utilizaba su encanto e inteligencia para lograr que otros apostaran a él y a su proyecto. “Ya para cuando estaba en la escuela secundaria, comencé a fascinarme con la figura de Enzo”. El autor y sus amigos adolescentes viajaban una hora en tren, desde su hogar en la ciudad de Cremona hasta Módena, sólo para poder ver, detrás del vidrio de la barbería local, al objeto de su admiración siendo afeitado. Consciente de sus seguidores, Ferrari les devolvía una mirada y una tierna sonrisa.
“Incluso luego de convertirse el el gran señor que fue, no sólo dentro del mundo del automovilismo sino también a nivel general en todo Italia, se lo podía escuchar llamar a los primeros programas deportivos de televisión para defender a los gritos a sus autos y conductores. Más a sus autos que a sus pilotos en realidad” aclaró el autor del libro.
Yo no sé cómo es el alma, pero si es que existe, los motores deben tener una porque se quejan, se desesperan, se rebelan y se comportan como niños a los que se forma, día a día
Dal Monte asegura que lo que lo llevó a escribir su libro no fue sólo su pasión por los automóviles, sino una fascinación mucho más profunda y compleja por el hombre detrás de modelos como la Testarossa y la espectacular F40, el último bólido aprobado personalmente por don Enzo.
“Fue su lucha de toda una vida por triunfar, por convertirse en alguien, por superar las desventajas y ser recordado en la historia” recalcó Dal Monte. El hecho de haber sido un empleado de la firma, le dio al autor acceso exclusivo a los archivos de Ferrari y Alfa Romeo, algo que sin lugar a dudas ayudó a hacer de su biografía una diferente a todas las que la antecedieron.
El Ferrari es un sueño, sueño para los pocos afortunados que lo tienen y para la mayoría de las personas que no
“Uno de los componentes más importantes de mi investigación fue entrar en contacto con los archivos de Alfa Romeo en Arese, cerca de Milán”. Allí, entre otros tesoros, pudo escarbar los documentos personales de Enzo Ferrari que contaban la historia, en primera persona, del estrecho vínculo entre ambas automotrices italianas, fuertemente relacionadas con el mundo de la competición.
Dal Monte incluso se mudó a Módena, sede de Ferrari, donde pudo entrar en contacto directo con muchos personajes fundamentales en la vida de Enzo, todo parte del proyecto de ocho años que demandó el libro. Una de las cosas más importantes que rescató durante su estadía allí fue la enorme importancia que le daba Ferrari a la exclusividad.
La voluntad obstinada de perseguir una ambición propia es verdaderamente una fuerza que puede hacer superar obstáculos
En una entrevista otorgada por el propio Enzo en 1966, la importancia de la escasez de un producto para una firma de lujo quedó demostrada con sus declaraciones. “Al final del año probablemente habremos vendido menos autos pero ganado más dinero” explicó.
La victoria más bella es siempre la próxima
Dal Monte también pudo acceder a la correspondencia personal de Ferrari, donde pudo ver la relación especial que tenía con sus hijos. Alfredo “Dino”, murió en 1956 a los 24 años de distrofia muscular, mientras que Piero nació fuera del matrimonio, fruto de su largo amorío con Lina Lardi. Su esposa Laura sufrió una profunda depresión toda su vida, y a pesar de las múltiples infidelidades de Ferrari, permanecieron casados hasta su muerte en 1978. Enzo nunca volvió a casarse y murió en 1988, tras dejar un legado que, al día de hoy, despierta pasiones y suspiros alrededor del mundo.
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Source: Infobae