México ocupa el tercer lugar en maltrato animal; además, de los 18 millones de perros sólo 30 por ciento tiene dueño, mientras que el resto se encuentra en las calles.
Tan sólo en la Ciudad de México se sacrifican nueve de cada 10 canes y gatos que no son reclamados o adoptados.
Por lo anterior, la diputada Frida Alejandra Esparza Márquez (PRD) impulsa un punto de acuerdo para exhortar a los gobiernos estatales a realizar campañas permanentes de esterilización canina y felina, así como de concientización y promoción a la adopción, con el objetivo de controlar la sobrepoblación y fomentar el cuidado responsable de las mascotas.
Asimismo, pide que la Secretaría de Salud revise las condiciones en las que operan los Centros de Atención Canina (CAC) y Felina en la capital del país. Los dos más grandes, ubicados en la alcaldía de Coyoacán, denominado Dr. Alfonso Angellini de la Garza y el Dr. Luis Pasteur, en Gustavo A. Madero, es en donde se sacrifican una gran cantidad de perros al año.
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En el 2014 se sacrificó a 5 mil 955 perros enfermos y mil 424 sanos en el centro Luis Pasteur, y en el Alfonso Angellini de la Garza se ultimó a mil 858 canes enfermos y a mil 300 sanos.
En la propuesta, presentada en la Comisión Permanente, también planteó la necesidad de que la Secretaría de Salud modifique la Norma Oficial Mexicana NOM-042-SSA2-2006, Prevención y control de enfermedades.
La orden que tiene de sacrificar a los animales en los Centros de Control Canino de la CDMX va en contra del artículo 50 de la Ley de Protección a los Animales
Dicha norma refiere especificaciones sanitarias para los centros de atención canina, respecto de que al finalizar el lapso establecido de alojamiento de los animales, su disposición sea conforme lo marcan las normas oficiales mexicanas, la leyes locales de protección animal y los manuales de procedimiento en la materia.
Manifestó que en nuestro país, la Ley de Protección Animal de la Ciudad de México y la Ley General de Vida Silvestre, en su artículo 3 fracciones XXIX y XXV, definen al maltrato como todo hecho, acto u omisión del ser humano que puede ocasionar dolor, deterioro físico o sufrimiento, que afecte el bienestar, ponga en peligro la vida del animal, o afecte gravemente su salud o integridad física, así como la exposición a condiciones de sobreexplotación de su capacidad física con cualquier fin.
Afirmó que “en todos los Centros de Control Canino de la CDMX esta práctica se lleva a cabo con fundamento en la NOM-042-SSA-2-2006, que ordena el sacrificio de estos animales si no son reclamados durante las 72 horas posteriores a su captura, lo cual va en contra del artículo 50 de la Ley de Protección a los Animales de la Ciudad de México, al establecer que el sacrificio de animales debe aplicarse sólo en casos de enfermedad o senilidad extrema”.
A perros y gatos, previo a efectuar el sacrificio, deberá suministrarse tranquilizantes a efecto de aminorar el sufrimiento, angustia o estrés.
Del mismo ordenamiento, el artículo 51 marca que la inmolación humanitaria de un animal no destinado al consumo humano sólo podrá realizarse en razón del sufrimiento que le cause un accidente, enfermedad, incapacidad física o trastornos seniles que comprometan su bienestar animal, con excepción de los animales sacrificados con fines de investigación científica, así como de aquellos que se constituyan en amenaza para la salud, la economía, o los que por exceso de su especie signifiquen un peligro grave para la sociedad.
“A pesar de esto, las cifras que existen sobre muerte animal siguen demostrando que es una acción que se realiza de manera cotidiana en los diversos Centros de Atención Canina y Felina de la Ciudad de México. Es necesario que dejen de ser centros de muerte y cumplan con las leyes de bienestar animal”.
Esparza Márquez comentó que debido a los cambios en la legislación actual en materia de protección animal, los antirrábicos dejaron de funcionar púnicamente como centros de control de la rabia para convertirse en establecimientos de atención, protección y adopción. “Anteriormente había miles de perros condenados a muerte en estos sitios sólo por el delito de haber sido abandonados”.
La Secretaria de Salud de la CDMX calcula que cada año se pierden o son abandonados 18 mil perros, los cuales terminan sus vidas en las calles, refugios o centros de atención canina.
La propuesta de la legisladora de Zacatecas se turnó a la Segunda Comisión de la Permanente -Relaciones Exteriores, Defensa Nacional y Educación Pública- para su análisis.