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Seis grandes momentos de la vida y el arte de Aretha Franklin

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Seis grandes momentos de la vida y el arte de Aretha Franklin

La reina. La mejor de todos los tiempos. Los títulos honorarios se acumulan por estas horas, cuando la leyenda de Aretha Franklin despega hacia la eternidad. Una cantante insuperable y una personalidad artística única que marcó época con su don, esa voz que integra la banda de sonido de nuestro tiempo. Resulta natural, por tanto, que algunas de sus canciones e interpretaciones en vivo sean hitos de la historia social, política y cultural más reciente de su país, la gran potencia cultural del siglo XX. Entre tantos, emergen seis momentos que simbolizan momentos de ese poder y que permiten apreciar -en urgente perspectiva- su influencia en la cultura popular.

Think, con los Blues Brothers (1980)

La película de John Landis que relata las aventuras de los “hermanos” y nada paródicos Elwood y Jake (Dan Aykroyd y John Belushi) suma escenas luminosas con las apariciones de varios de los padres de la música negra: Ray Charles, James Brown, John Lee Hooker y… La reina. Ella, Aretha, en su debut cinematográfico compone un hermoso cuadro musical en un restaurante típico de Chicago, cuando le pide a su marido que simplemente “piense”.

“Think”, en la película, es un poderoso llamado de atención para el hombre que está a punto de irse, de largar el delantal de cocinero y volver a la ruta con sus amigotes recién salidos de prisión. “The Blues Brothers? Shit! They still owe you money fool” (The Blue Brothers? Mierda! Todavía te deben dinero, tonto) dice con su mejor cara de mujer dura, ofendida por la “blasfemia” de estos tipos que aparecen en el restaurante invocando “una misión divina”. La historia cuenta que Universal Pictures quería en un principio que la canción fuera interpretada por el grupo emergente -en aquel entonces- llamado Rose Royce. Pero que la insistencia de Dan Aykroyd obró el milagro. Gracias a Dios.

(You Make Me Feel Like) A Natural Woman – Kennedy Center Honors (2015)

Fue una de sus últimas grandes apariciones públicas en un gran escenario. Durante su presentación en la ceremonia de los Kennedy Center Honors -el mayor premio anual gubernamental a los artistas-, apareció para cantar la canción de Carole King por ser esta, justamente, una de las galardonadas. Sentada al piano, arrancó cada palabra desde lo más profundo de su alma y estremeció al recoleto auditorio.

El momento fue captado por las cámaras de la transmisión oficial de la CBS. Primero Carole King no podía creer quien estaba por cantar una de sus canciones. Y después, el presidente Barack Obama resultó conmovido y dejó escapar unas lágrimas. Durante la canción, él, su esposa Michelle y varios de los presentes, cantaron la dulce canción de amor. Carole King la escribió en 1968 y fue la propia Aretha quien la hizo famosa hasta convertirse en un clásico de cada uno de sus shows. La esencia está capturada en el magnífico disco en vivo de ese mismo año, “Aretha in Paris”.

I say a little prayer for you (1970)

Un clásico del dúo-factoría de canciones que conformaron Burt Bacharach y Hal David. La grabación original data de 1967 y pertenece a Dionne Warwick; pero se convirtió en un verdadero hit un año después en la voz de Aretha y así permanece, potenciada en cada escena de película que ambienta. Fue publicada como la cara B del simple “The house that Jack built”. Pero eso duró poco. Llegó a las radios,  integró el por entonces hegemónico Top Ten de los Estados Unidos y fue, con un puesto 4, su mayor éxito en el Reino Unido.

Originalmente fue cedida a Dionne Warwick en 1967. La difícil relación entre David/Bacharach y la cantante no ayudó mucho a su impacto inicial. Cuenta la leyenda que Warwick la grabó “sin ganas” y Bacharach no quedó nada satisfecho. La versión de Aretha fue justo un año después, en 1968. Su interpretación es mucho más soul y callejera y, además, cuenta con la inestimable adición de The Sweet Inspirations, el famoso cuarteto de coristas. Para la eternidad.

Respect (1967)

Una canción de Otis Reding, que ella convirtió en otra cosa. En una sola sesión de creación, sola al piano, redirigió la letra a un hombre. Sonaba simple, pero era una transformación completa y fue una declaración de principios de la mujer afroamericana en un tiempo social muy especial en los Estados Unidos. Si bien autores de sus múltiples biografías, como David Ritz, afirman que la canción no fue creada bajo la necesidad política y solo venía de un interés y sentimiento personal, muchos años después la propia Aretha admitió que ahí cantó lo que ella quería. “Era lo que los tiempos necesitaban”, comentó en una entrevista con la revista Elle.

El tono algo machista del original -un hombre exige el respeto de su mujer por ser el sustento del hogar- dejó paso a un poderoso himno feminista que también fue abrazado por el movimiento de derechos civiles, en plena efervescencia de los años 60. Ahora era una mujer la que exigía respeto (y deletreándolo para que quedase claro, R-E-S-P-E-T-O). Fue una de las pocas variaciones que aportó a la letra original, pero vaya decisiva.

Precious lord – Funeral de Martin Luther King (1968)

En 1968, unos meses antes de su asesinato, Martin Luther King Jr. le había entregado un premio por su aporte al orgullo de su pueblo. En el funeral del hombre clave en el movimiento por los derechos civiles, símbolo de un nuevo estado de las cosas en la poderosa nación con décadas de vergonzante segregación racial, ella cantó con singular pasión (y dolor) este standard gospel, además uno de los favoritos del reverendo.

Es una performance visceral que transmite, aún a la distancia en el tiempo, el tipo de conmoción que se vivía en ese momento. Unos años después, en 1972, volvió a generar el mismo sentimiento. Fue en el funeral de la cantante gospel Mahalia Jackson, una de las mujeres que ayudó a que su madre se animara y dejara atrás el maltrato de su madre, el padre de Aretha.

Sisters Are Doin’ It for Themselves – Con Eurythmics (1986)

“Hubo un momento en que solían decir / Eso de: detrás de cada gran hombre / Tiene que haber una… Gran mujer / Pero en estos tiempos de cambio, ya sabes / Que ya no es verdad / Así que estamos saliendo de la cocina / Porque hay algo que olvidamos decirte (y ahora decimos) / Las hermanas lo están haciendo por sí mismas”.

Versos definitivos de una reivindicación de igualdad de género que, a la vez, sonaba a llamamiento a la rebelión. La canción, compartida junto al dúo Eurythmics -Annie Lennox + Dave Stewart- fue nominada al Grammy por “mejor performance R&B; para dúo o grupo vocal” y luego fue interpretada por las Pointer Sisters, las Spice Girls, Ann y Nancy Wilson, e inclusive… Lisa Simpson. Las chicas la cantaron juntas en una celebrada actuación conjunta en 2009, en un concierto que celebró los primeros 25 años del Rock and Roll Hall of Fame. De allí también destaca una caliente versión de “Chains of full”.

En plena explosión de un llamado “soul de ojos celestes” en el Reino Unido, con nuevos cantantes revisitando un repertorio y un estilo de interpretación, el nombre de Aretha Franklin era objeto de devoción por esas estrellas emergentes. En ese contexto, su aparición compartiendo voces (y potencia de voces) con Annie Lennox sonó a bendición de la maestra para con su alumna más aventajada.

Todavía tibias, resuenan las palabras de la cantante inglesa en su declaración pública emitida luego de conocida la noticia del fallecimiento. “Como la única y exclusiva Reina del Soul, Aretha Franklin simplemente no tenía rival. Ella reinó como suprema, y ​​siempre permanecerá en el más alto firmamento de estrellas como la más excepcional cantante, intérprete y artista de grabación que el mundo haya tenido el privilegio de presenciar. Los superlativos se usan a menudo para describir a cantantes asombrosos… Pero en mi opinión, incluso los superlativos aquí no son suficientes. Todos los que la amamos decimos pequeñas oraciones de gratitud, respeto y aprecio por la fuerza de vida musical que enriqueció nuestras vidas. Su voz se elevará para siempre”.


Source: Infobae