Hay historias que son desgarradoras y por ende, terminan siendo tristes. Pero hay otras que documentan un camino similar para superar alguna enfermedad y resultan siendo una total motivación.
La de Connie Inglis es una de las últimas. Documentar la lucha contra la anorexia es un camino crudo y devastador, pero hacerlo con una sonrisa en la cara y la frente en alto, es algo que pocos pueden hacer.
Connie tiene 23 años y vive en Leeds, Inglaterra. Llegó a pesar lo mismo que una niña de cinco años y debió ser internada en un hospital para trastornos alimenticios.
A los 10 años, había sido ingresada en tres oportunidades. “Por aquel entonces, no me importaba vivir o morir. Sólo quería perder peso”, le dijo al medio Independent.
“Llegué a un punto en el que estar ingresada en un hospital no era suficiente. Solo iba a parar cuando mi corazón se detuviera. Eso es lo único que habría satisfecho a mi anorexia: que yo hubiese muerto”.
Tras haber superado en parte su enfermedad (recordemos que quien sufre de trastornos alimentarios es de riesgo por el resto de su vida), quiso ayudar a otras chicas que estén en la misma situación. “No importa lo duro que sea, siempre puedes estar mejor”, es su mensaje.
En su cuenta de Instagram, llamado My Life Without Ana (Mi Vida Sin Ana -anorexia), tiene más de 90 mil seguidores que pueden ver cuál ha sido su camino hasta la recuperación.
“Me encanta ayudar a las personas y creo que es muy importante, sobre todo para las personas que se están recuperando, darse cuenta de que no están solas en este asunto”.
Hoy se ve no sólo más repuesta y saludable, sino que hay algo mucho más importante. Connie se ve más relajada y satisfecha con su cuerpo, algo que puedes notar desde que ingresas a su perfil.
¡Esta sí que es inspiración!
Source: UPSOCL