Rusia ha anunciado este martes que ya registró una vacuna contra el SARS-CoV-2, según declaró el presidente, Vladimir Putin, aunque esto ha generado ciertas dudas en la comunidad internacional, incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que la inmunización deberá ser revisada.
En una reunión de gobierno Putin señaló que la vacuna fue desarrollada por el Instituto Gamaleya y ha sido registrada luego de dos meses de ensayos clínicos en personas, el mandatario incluso señaló que una de sus hijas fue parte de los ensayos y “se siente bien“.
Esta aprobación que hace el presidente ruso de la vacuna abre el camino para el uso masivo de la inmunización mientras continúan las últimas etapas de los ensayos clínicos. Ya la semana pasada el Gobierno ruso había señalado que estaba esperando el inicio de la vacunación masiva después de los exitosos ensayos de la inoculación. Campaña que podría iniciar en octubre.
De acuerdo con Reuters los trabajadores del sector sanitario ruso podrán presentarse como voluntarios para la tercera fase de los ensayos de la vacuna.
Este anuncio ha generado dudas en la comunidad internacional debido a la velocidad con la que se desarrolló esta vacuna y algunos expertos han sugerido que los investigadores podrían estar economizando los esfuerzos.
Incluso el doctor Anthony Faucy, principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos ha cuestionado la prisa de Rusia para desarrollar la vacuna y su posible efectividad, lo que genera temores de que podría estarse comprometiendo la seguridad de la inoculación.
De hecho el mes pasado la OMS instó a Rusia a seguir los lineamientos establecidos para la producción de una vacuna contra el SARS-CoV-2.
Y ante la noticia de la vacuna rusa el organismo de las Naciones Unidas recibió con cautela esta noticia y señaló que esta inoculación como las demás que se están desarrollando deberán seguir los trámites de precalificación y revisión que establece el organismo.
Incluso el portavoz de la OMS, Takir Jasarevic, declaró en una rueda de prensa que: “acelerar los progresos no debe significar poner en compromiso la seguridad”, además de referir que la OMS está en contacto con las autoridades rusas y de otras naciones para analizar los procesos de las distintas vacunas en las que se están trabajando.