Una imagen aceptada sobre las condiciones de la vida moderna en los países de recursos altos y medios es la de padres ocupadísimos con las cuestiones del trabajo, el hogar, las finanzas y muchos etcéteras, que se sienten culpables porque creen que les dedican poco tiempo a sus hijos.
Sin embargo unas cifras contundentes la contradicen, y dan ánimo a esos padres.
En 1965 una madre dedicaba un promedio de 54 minutos por día en la atención de sus hijos, y en 2012 casi el doble: 104 minutos. Los padres, que en 1965 dedicaban 16 minutos, en proporción lo aumentaron mucho más, a 59 minutos.
El estudio de la Universidad de California en Irvine (UCI) también halló visibles diferencias sociales. A mediados de los ’60s las madres con y sin educación universitaria dedicaban aproximadamente la misma cantidad de tiempo al cuidado de los hijos, pero en 2012 se había abierto una brecha entre ellas: las más educadas pasaban media hora más por día que las menos educadas.
Y no sólo en el caso de las madres se aumentaba la atención de 94 a 123 minutos por día. También en el de los padres: aquellos con un título universitario dedicaban 74 minutos en lugar de 59.
Ese dato asombró a una de las coautoras del estudio, la decana de Sociología de UCI, Judith Treas. “Según la teoría económica, los ingresos mayores deberían desalentar a los padres educados a que dejen de lado su trabajo para pasar tiempo extra con sus hijos. Además, tienen dinero para pagarles a otros para que los cuiden“, dijo a la publicación interna de la UCI.
La razón parece ser que, a mayor educación, más se considera que “el tiempo que los padres les dediquen es crucial para que sus hijos tengan resultados positivos en su desarrollo cognitivo, su conducta y su desempeño académico“, agregó Treas.
El trabajo de la socióloga y la coautora Giulia M. Dotti Sani, una investigadora postdoctoral en el Collegio Carlo Alberto de Turín, se desarrolló pacientemente a lo largo de los años desde 1965 a 2012. Les pidieron a un total de 122.271 padres (68.532 madres y 53.739 padres) en Canadá, el Reino Unido, los Estados Unidos, Dinamarca, Noruega, Francia, Alemania, Holanda, Italia, España y Eslovenia que llevaran un diario de todas sus actividades diarias.
“El tiempo que se dedicaba a los niños implicaba todo, desde prepararles las comidas y alimentarlos hasta bañarlos, cambiarles los pañales y la ropa, acostarlos, despertarse en el medio de la noche, hacer de babysitters sin paga, brindarles cuidado médico, leerles y jugar con ellos, supervisarlos y ayudarlos con las tareas”, detalló Treas.
Se registró una única excepción a la tendencia de maternidad y paternidad intensa: Francia.
Allí descendió el tiempo que las madres dedican al cuidado de los hijos, sobre todo entre las mujeres sin educación superior. Los padres, en cambio, mostraron ligeros aumentos.
“El gasto público en el cuidado infantil es bastante grande en Francia, lo cual alivia las responsabilidades de los padres”, especuló Treas. “Pero nadie sabe con certeza por qué los franceses son la excepción”.
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Source: Infobae