Berlín – Hace unos días, los berlineses celebraron algo antes impensable: el Muro de Berlín lleva ausente más tiempo de lo que permaneció levantado. Pero ese mismo día, las autoridades de la ciudad confirmaron que habían descubierto un tramo de muralla en el distrito de Pankow, al norte de Berlín.
Había sido descubierto en 1999 por un hombre llamado Christian Bormann. Sin embargo, el residente de Berlín de 37 años de edad mantuvo su hallazgo en secreto durante casi 20 años, al tiempo que las autoridades alemanas seguían borrando más y más restos de la división de la ciudad.
“Berlín no estaba preparada para este descubrimiento cuando lo encontré”, comentó Bormann durante una entrevista con The Washington Post.
En los años posteriores a la reunificación de Alemania en 1990, el Muro de Berlín era muy detestado y la mayor parte fue demolido de inmediato. Solo unas pocas secciones, incluida la que está en el East Side Gallery de Berlín, permanecieron intactas. Bormann sabía que si hubiera revelado públicamente su descubrimiento en 1999, probablemente habría sido derribado. “Pero ahora, 20 años después, la gente se da cuenta de lo significativo que es este descubrimiento”, dijo.
Inicialmente, Bormann se enfrentó al escrutinio de las autoridades y los medios por su afirmación de que el tramo de 79 metros de pared -publicado en su blog a mediados de enero- fue parte del primer Muro de Berlín, erigido apresuradamente en 1961. Cuando más tarde, la Alemania del Este decidió hacer la barrera más permanente, expandió las paredes de ladrillos provisionales en enormes barreras de concreto con atalaya y minas. Muchas de las partes iniciales del muro fueron destruidas en el proceso, pero una parte parece haber sobrevivido en Pankow.
El descubrimiento de Bormann atrae a turistas y lugareños por igual, a pesar de que el área ha sido vallada para realizar trabajos de preservación.
Descubrir partes olvidadas del Muro del Berlín se ha convertido en una tarea difícil pero no imposible. La confirmación del hallazgo de Bormann se produjo solo unas semanas después de que los trabajadores de la construcción descubrieran un túnel oculto que fue usado por los alemanes orientales para huir hacia el Berlín Occidental.
Más de 100,000 alemanes orientales intentaron hacerlo entre 1961 y 1989, cuando cayó el muro. Al menos 270 de ellos murieron tratando de cruzar la frontera: los soldados de la Alemania del Este recibieron instrucciones de disparar contra cualquiera de sus compatriotas que trataran de escapar del sistema políticamente represivo y económicamente en bancarrota.
Sin embargo, muchos ex alemanes orientales, nacidos en un país que ya no existe, todavía tienen recuerdos bastante positivos de esa época. Junto al estricto control político y la vigilancia generalizada, también recuerdan a un país en el que las mujeres recibían el mismo salario y tenían las mismas responsabilidades que sus compañeros de trabajo, y en el que, al menos según las estadísticas oficiales, el desempleo era inexistente.
Esos recuerdos continúan vivos en Berlín, donde los alemanes orientales y occidentales vivieron vidas separadas durante décadas y donde los recuerdos de la separación todavía están por todas partes. Una foto de la ciudad tomada por el astronauta holandés André Kuipers desde la Estación Espacial Internacional en 2012 mostró un recordatorio: las luces amarillas tiñen el antiguo Berlín Este, mientras que las luces fluorescentes más blancas favorecidas por el gobierno de Berlín Occidental muestran la otra mitad de la ciudad.
En algún lugar a lo largo de la línea divisoria de luz, en la parte superior de la foto, 79 metros olvidados del Muro de Berlín seguían en pie cuando se tomó la foto.
Source: Infobae