Floyd Mayweather es, a todas luces, uno de los deportistas más extravagantes de todos los tiempos. Si a su grosera (y en ocasiones ridícula) necesidad de ostentar todo lo que tiene, le sumamos que vive en la época en la que más dinero ganan los deportistas profesionales en la historia de la humanidad, seguramente el resultado que obtendremos no será el de una persona moral, recatada y sobria.
Así que no es raro hacerse a la idea de que, para su cumpleaños número 41, Floyd tiraría la casa por la ventana. En una enorme fiesta repleta de celebridades, entre las que destacaron Mariah Carey, y Jamie Foxx, los verdaderos protagonistas fueron los increíbles auto-regalos que el mismo boxeador se hizo, y que se encargó de difundir a través de sus redes sociales.
El boxeador más exitoso de la época, también conocido como Pretty Boy, se obsequió a sí mismo un costoso y enorme collar, que lució con orgullo durante toda la fiesta que dio para sus invitados. Parece un poco pesado para llevarlo durante toda la noche, ¿no?
Pero, si hablamos del verdadero protagonista de la fiesta, ni siquiera fue el mismo Mayweather, sino el regalo más caro y lujoso de la noche. Esa noche, el deportista presumió a sus invitados una nueva adquisición para su colección de autos.
Nada más y nada menos que un Rolls Royce Phantom, un auto de colección avaluado en unos USD 500,000.
“Regalo de cumpleaños 2018. Phantom Rolls Royce”.
Definitivamente fue un excelente cumpleaños para Floyd, quien también se regaló a sí mismo un jet, y dejó que sus invitados se deslumbraran con sus logros, extendiendo una alfombra bajo éste que rezaba “50-0. El mejor de todos los tiempos”, haciendo referencia a su envidiable carrera deportiva.
Source: UPSOCL
