La declaraciones y revelaciones que han surgido hasta ahora en el juicio en contra del capo mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera en Estados Unidos influirán en el reacomodo de poderes en México, tanto en el gobierno federal como en la delincuencia organizada.
Analistas consultados por Infobae aseguraron que la atención ya no está en los 11 cargos que se imputan a Guzmán sino en la clase política mexicana, la que ha salido más dañada al ventilarse presuntos pagos de sobornos a presidentes, ex presidentes y ex secretarios de Estado.
El juicio se realiza también en una coyuntura crítica para México: el 1 de diciembre asume el poder Andrés Manuel López Obrador, el primer presidente de izquierda en la historia del país, y como en cada cambio de sexenio, se esperan también reacomodos en las organizaciones delictivas.
“En política no hay causalidades. Todos los involucrados deberían tomar especial atención a ese juicio y a los mensajes que envía“, señaló Carlos Rodríguez Ulloa, integrante del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede).
Para Juan Carlos Ayala Barrón, investigador de la Universidad Autóma de Sinaloa (UAS) está muy claro que el siguiente paso que dará Estados Unidos es “ir por líderes políticos mexicanos. Es más un asunto para golpear al gobierno mexicano que al Cártel de Sinaloa”.
Las señales ocultas
Rodríguez Ulloa y Ayala Barrón coincidieron en que el juicio envía una serie de mensajes que deben entender los integrantes del próximo gobierno y de los cárteles rivales.
El primer mensaje va dirigido a la delincuencia organizada y es “los vamos a identificar y a revelar la red de corrupción y todos los que van a salir salpicados (implicados): narcos, gobernadores, alcaldes y empresarios”. Y que ante cualquier reacomodo, Sinaloa se mantiene como un cártel fuerte.
El segundo mensaje va dirigido a todos los actores estatales y municipales en México y a la nueva administración federal.
“Desde hace muchos años, el gobierno de Estados Unidos ha estado observando cuidadosamente a las autoridades mexicanas y yo creo que ahorita tienen una bomba en sus manos y le quiere dejar claro al próximo gobierno que en cualquier momento la va a estallar“, advirtió Ayala Barrón.
El tercero, según Ulloa, lo envía el sistema de justicia de EEUU a México. Aunque una parte importante de los testigos que presentará la Fiscalía se espera que sean narcos en búsqueda de tratos para reducir sus sentencias, autoridades estadounidenses estarían interesadas en hacer sus investigaciones para comprobar la información. El resultado podría redefinir la política de drogas entre los dos países.
El cuarto mensaje va dirigido hacia el mercado a nivel mundial y estaría relacionado con el tema de la despenalización del consumo de drogas para que los países que analizan esta opción, entre ellos México, lo hagan de manera que no deje lugar a dudas sobre qué es lo que se permite y qué no.
A manera de conclusión, Ayala Barrón aseguró que en caso de que lo declarado por los testigos en el juicio contra “El Chapo” sea comprobable, el próximo presidente de México deberá asumir una postura para procesar a quienes resulten implicados “y no hacerse de la vista gorda. Tendrá que haber una persecución”.
Hasta ahora, sólo ha dado su testimonio Jesús “El Rey” Zambada, ex jefe de plaza en Ciudad de México, quien ha acusado de recibir sobornos del narco al aún presidente de México, Enrique Peña Nieto, al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, al ex secretario de Seguridad Genaro García Luna y a Gabriel Regino, ex colaborador del actual mandatario electo.
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Source: Infobae