Estación Bernal Tequisquiapan
Juan Carlos Hernández Nieves
¿Por qué en Tequisquiapan tenemos una estación que se llama Bernal? Es una cuestión que mucho se escucha en personas que han visitado nuestro municipio, incluso algunos originarios del pueblo no saben la historia que además del nombre, lleva la misma construcción de este inmueble del que tanto se ha opinado.
Dos años importantes para la historia de México y los trenes: 1837 y 1873, el primero, el año en que se dio la primera concesión para construir un ferrocarril, el segundo, el nuevo rumbo en la época moderna de este medio de transporte, en este episodio el tren partió desde la estación de Buenavista donde estaba a bordo a las 5 de la mañana el entonces presidente Sebastián Lerdo de Tejada. No fue un desarrollo ferroviario fácil, en 1876 el general Porfirio Díaz reconstruyó las vías férreas y regularizó a las empresas concesionadas para este rubro.
En Tequisquiapan este medio de transporte se comenzó a idear a finales del siglo XIX, en pleno porfiriato, con la finalidad de construir líneas férreas que unieran el centro del país con los estados del norte, de esta labor estuvieron al pendiente personajes que entonces llevaban algún cargo en este sitio, como el entonces subprefecto don Joaquín Ruíz Olloqui, don Ramón Domínguez y por supuesto el maestro Rafael Zamorano.
El 20 de enero del nuevo siglo, 1900, aun no se contaba con vía férrea ni con la estación en Tequisquiapan, así lo atestiguamos en la descripción que realizó el maestro Zamorano de su viaje a Jalapa, Veracruz junto con el entonces director de la Escuela Normal del Estado, maestro Ignacio Figueroa para reunirse con el pedagogo suizo Enrique Conrado Rébsamen, ellos encomendados por el entonces gobernador don Francisco González de Cosío para realizar el nuevo programa educativo, en dicha descripción dice que tuvieron que partir de México en tren y así en una extraordinaria narrativa podemos imaginar aquellos paisajes que el maestro Zamorano pudo apreciar con destino a Jalapa.
En noviembre de 1901 los periódicos nacionales publicaron la noticia de que pasaría el ferrocarril por Querétaro, la compañía de Ferrocarril Nacional Mexicano anunciaba que construiría una nueva línea férrea que partiría de Huehuetoca pasando por los límites del estado de Hidalgo para llegar a Tequisquiapan y continuar hacía la Llave, San Clemente, Ahorcado, Griega, Fábrica de San Antonio, Cerro de las Campanas y llegar hasta Molino de Soria en Guanajuato, allí, se uniría la línea con la angosta para convertirse en vía ancha; los periódicos decían “muy pronto comenzarán los trabajos desde Huehuetoca y Molinos de Soria para encontrarse en algún punto” mientras esto sucedía, comenzó la construcción de la Estación en Tequisquiapan.
En 1902 continuaban los trabajos de la vía férrea y de la estación, esto detonó empleo y buena venta a los comercios del pueblo, así también se anunció que estaban por comenzar los trabajos de la vía férrea de la capital queretana en dirección a Tequisquiapan, el diseño de estos edificios pudo haber recaído en los arquitectos Donald R. T. McDonald y/o J. Müller, es en este año que se firma el decreto de autorización para la construcción de esta nueva vía y además, el 31 de julio los alumnos del maestro Rafael Zamorano realizaron una descripción de la construcción de esta vía al entonces gobernador, un fragmento dice a la letra “Al contemplar esta obra de romanos, admiro al hombre y del trabajo la potencia y más que esto, los dones de la ciencia, que solo Dios pudo al hombre prodigar, la historia escriba en su página inviolable el contrato que el Ministerio ha autorizado y también conste que el Gobierno del Estado grande empeño tomó en la construcción”.
En marzo de 1903 estaba casi terminado el túnel cercano a la estación de Tequisquiapan, se anunció como una de las grandes obras del Ferrocarril Nacional por lo atrevida y difícil construcción, para ese momento faltaba el trabajo de terracería del túnel y ya se habían obtenido los materiales para el resto del trabajo que consistieron en piedra, acero y hierro.
En ese mismo año todo estaba listo para la gran inauguración; era el domingo 20 de diciembre de 1903, el tren partió de la estación de Buenavista teniendo a bordo al entonces presidente de México, el general Porfirio Díaz, su esposa Carmelita Romero Rubio y demás personal de su gabinete, las noticias de que estaría el mandatario en Tequisquiapan ya se habían dado, preparando un acto apoteósico a su llegada, pues en los actos protocolarios estaban la inauguración de algunas estaciones en el recorrido.
Pasado el mediodía de aquel domingo 20 de diciembre llegó a la recién terminada estación de Tequisquiapan el tren presidencial, el general Porfirio Díaz, bajó, saludó a los presentes, entre los que estaba el subprefecto de Tequisquiapan Joaquín Ruíz Olloqui, pobladores y alumnos de la escuela oficial para niños número 1, dirigidos por el maestro Rafael Zamorano, uno de los alumnos tomó la palabra para dar la bienvenida al mandatario y dijo “al saber que visitáis estas comarcas, vengo no a ofrecer un laurel como se ofrecía a los guerreros romanos, que bien lo merecéis, ni mucho menos riqueza, sino tan solo manifestaros a nombre de mis compañeros, la gratitud que sentimos al respecto y la adhesión… felicito a la sociedad culta en que vivimos, y yo os aseguro que algún día la Patria agradecida consagrará en el gran Altar del Patriotismo y la balanza de la justicia, aquilatará tus grandes hechos, y tu nombre será escrito con letras de oro en nuestra Historia Patria”, acto seguido en agradecimiento y con emoción se entonó el Himno Nacional Mexicano, prosiguiendo un recorrido por el edificio dirigido por el maestro Rafael Zamorano, en este, hubo un momento en que el general Díaz divisó algo a lo lejos, preguntó al maestro qué era aquello que se veía, el maestro contestó que era la Peña de Bernal, bajo esta explicación el presidente decidió que la estación que se estaba inaugurando se llamaría como aquel avistamiento, es decir, la estación llevará por nombre: Bernal.
Al termino del acto, subieron la comitiva del general Díaz y siguieron con rumbo a la capital queretana, dejando este evento como un anecdotario para nuestra historia; la Estación Bernal cuenta con una superficie construida de 461.39 m2, contenía: 2 bodegas, área de carga y descarga, un privado, taquillas, un privado general, comedor y cocina. Continuó funcionando para pasajeros y carga toda la primera mitad del siglo XX y parte de la segunda, importante mencionar que en la guerra cristera por esta estación se trasladaron de manera oculta sandias que en su interior no contenía pulpa, sino armas calibre 45.
La estación Bernal dejó de funcionar gradualmente, convirtiéndose en un inmueble casi abandonado, en enero de 1998 se pidió a la empresa de Ferrocarriles se permitiera usar para un museo, un año después se firmó un comodato con el municipio de Tequisquiapan para tal efecto, desafortunadamente no fue concretado, el 16 de julio del año 2007 el municipio solicitó la compra del edificio, sin embargo, la respuesta fue que ya no pertenecía a Ferrocarriles, pues esta empresa había dado estos inmuebles al gobierno federal para su concesión, actualmente se está trabajando para convertirla en el Museo del Ferrocarril para el disfrute y atención de los visitantes y propios, glorificando el testimonial de lo que el maestro Zamorano describió como el monstruo de la civilización y gran desarrollo para Tequisquiapan.
Fuente: Archivo particular del maestro Rafael Zamorano proporcionado por su nieto Salvador Zamorano Gómez y Hemeroteca Nacional Digital de México.
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