En el año 2019, se descubrió esta información durante una subasta de libros que datan de los siglos XIX y XX. Entre ellos, se encontraron varias memorias que pertenecían al matrimonio imperial de Maximiliano y Carlota de Habsburgo.
En 1864, Maximiliano y Carlota de Habsburgo llegaron a México como emperadores, y con ellos trajeron muchas tradiciones europeas, incluyendo su forma de celebrar la Navidad.
Desde hace mucho tiempo, en México se ha celebrado el nacimiento de Jesús, pero esta festividad era una mezcla de las costumbres de algunos pueblos con las tradiciones traídas por los conquistadores y lo que se añadía de otros países.
El imperio de Maximiliano y Carlota fue el responsable de colocar el primer árbol de Navidad en el país. Aunque fue algo inusual para muchas personas, algunos sectores de la población lo consideraron algo normal. Hay evidencia de que desde 1850, las familias alemanas que se habían mudado a México ya buscaban pinos para decorar sus hogares en diciembre.
Es sabido que los emperadores solían comer alimentos europeos, como carnes frías y vinos. Sin embargo, en la cena de Navidad, esto cambió y se convirtió en un lujoso banquete destinado a las personas más importantes de México.
Durante la navidad, los Habsburgo organizaron una cena festiva en la que se sirvió un menú variado con influencias europeas. Desde aperitivos como aceitunas, rábanos, sardinas y anchoas, hasta platos principales como pescado con salsa tártara, filetes de buey frío y jamones de Westfalia, la comida ofrecida fue una combinación de sabores elegantes.
En la sección de comida a la parrilla, había pavos rellenos de trufas, ensalada de espárragos y pollo asado. Para el postre, tenían una amplia selección de budines, jaleas, helados, frutas en conserva, compota de ciruela y bizcocho genovés. En cuanto a las bebidas, tenían champagne, vino, limonada y agua de horchata.
Durante una celebración posterior, se ofrecieron diferentes platos como sopas, salmón, croquetas de langosta y una variedad de postres como compota de piña, sorbetes y tartas, lo que hizo que la experiencia culinaria de la temporada festiva fuera aún más especial.
En la actualidad se sabe que Maximiliano y Carlota solían disfrutar de este tipo de comidas, ya que existen registros detallados de casi todas las comidas que solían consumir.
En el año 2019, se hizo pública esta información cuando una casa de subastas puso a la venta un amplio catálogo de libros antiguos que datan de los siglos XIX y XX. Entre estos libros se encontraban diversas memorias pertenecientes al matrimonio imperial.
