Murilo Kuschick
El día siete de septiembre, Labour Day se puede decir que es el inicio de la recta final de la campaña electoral norteamericana, a partir de este día nos encontramos a menos de dos meses para que se defina la elección en aquél país y la situación comienza a definirse y la distancia que había entre los dos contrincantes comienza a disminuirse, ya que si bien Joe Biden, el candidato demócrata llevaba en algunas encuestas una ventaja considerable a de poco más de 8 puntos porcentuales esta relativa ventaja ha ido disminuyendo poco a poco entre él y el candidato republicano, Donald Trump, el incumbent, esto es, el candidato oficial que en la mayoría de los casos triunfa en las elecciones de aquél país. Si bien que no es imposible que el retador (challeger) gane las elecciones, si bien esto ha sucedido es poco probable, pues se necesita un conjunto de factores, para que finalmente pase que el incumbent pierda la elección y que el retador gane.
Desde que George Washington asumió como el primer presidente de Estados Unidos, la historia ha favorecido a quienes desean prolongar su mandato por cuatro años más. Desde principios del siglo XX hasta la fecha, de los 19 candidatos a la presidencia que buscan la reelección, sólo cuatro han perdido los comicios. El primero en sufrir la derrota fue el republicano Herbert Hoover, quien en 1932 perdió frente al demócrata Franklin D. Roosevelt por más de 400 votos electorales. En 1976, y luego que el presidente Richard Nixon renunciara en medio de uno de los escándalos políticos más importantes de los últimos tiempos, el ex vicepresidente y designado mandatario Gerald Ford se postuló a la Casa Blanca y perdió por 57 votos electorales frente al demócrata Jimmy Carter. Cuatro años más tarde, el propio Carter sufriría lo mismo frente al republicano Ronald Reagan, quien obtuvo 489 votos del colegio electoral, frente a 49 del demócrata. En el siglo XIX hubieron otros casos, sin embargo las condiciones eran otras; sin embargo, como vemos en la actualidad el porcentaje es relativamente bajo, sólo en el 21% de los casos. El incumbent ha perdido la elección, es claro que motivado por factores como ha sido la crisis económica de los años treinta en la victoria de Roosevelt, el impeachment en el caso de Nixon, la mala fama que tenía Gerald Ford, crisis económica en el caso de Carter y el secuestro del personal de la embajada norteamericana en Teherán y la derrota de George Bush padre frente a Bill Clinton en la elección de 1992.
Así que si bien existe una posibilidad de que Biden pueda ganar las elección, cómo muestran las encuestas, la distancia entre el candidato demócrata ha ido disminuyendo con el tiempo. De ahí que la moneda está en el aire, pues Donald Trump cuenta con una importante base de votantes y de ciudadanos que son favorables a él.
Además, la elección norteamericana es una elección indirecta, esto es, pese a que exista el voto popular, lo que existe en realidad es un Colegio Electoral que está formado por 538 representantes, que equivale a la cantidad de representantes por estado, 438 en función del peso poblacional que hay en cada uno de los 50 estados y el Distrito de Columbia y 100 en función de la representación que en la Cámara de Senadores. Ahora bien, los integrantes del Colegio Electoral no tiene la obligación de seguir lo que sucede en la elección popular, por lo tanto pueden votar por el candidato que más les convenga aun cuando en 48 estados de la Unión Americana los miembros del Colegio Electoral deben seguir el resultado de la elección popular. Además, conforme el resultado electoral que se da en cada uno de los estados el ganador en cada uno de ellos se lleva todos los votos electorales, de ahí que sea muy importante ganar la elección en los estados que tiene el mayor número de electores, como es el caso de California que tiene 55 votos electorales (que por lo regular es ganado por el Partido Demócrata, así como Nueva York con 29 por lo regular demócrata; sin embargo, el estado de Florida que cuenta con 29 votos y Tejas con 38 son estados con voto republicano. En esta elección va ser importante estos estados, además de estados como Ohio que si bien no cuenta con muchos votos (18) y Illinois con 20, fueron estados que se inclinaron por Donald Trump en el 2016 y ahora es probable que voten en otro sentido.
Por lo tanto, pese a la pandemia, a la crisis económica que vive los Estados Unidos, la elección se encamina a una solución un tanto cuanto inesperada, pese a que en las redes sociales como Facebook y Twittter, como en la elección anterior, Donald Trump sigue fuerte y con un alto nivel de aceptación y de apoyo, lo que hace posible su reelección y cuatro años más de un gobierno nacional populista y con una situación en donde México seguirá recibiendo el desprecio y las amenazas de este personaje.
1 Profesor- Investigador, Departamento de Sociología, UAM-Azcapotzalco, [email protected].
2 https://www.investopedia.com/financial-edge/0812/5-presidents-who-couldnt-secure-a-second-term.aspx