La Profeco dio a conocer, tras un estudio, a las marcas de jamón que incumplen con las normas de fabricación para México.
Tras un estudio realizado a diversas marcas en México y determinó que algunas no deberían usar el término jamón ni venderse como tal ya que no lo son.
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El estudio publicado en la Revista del Consumidor y se realizaron en laboratorios de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recalcó que algunos jamones incumplen el porcentaje de carne que anuncian, unas contienen menos producto y otras omiten información o se están fuera de las normas.
Jamónes Parma Campestre
Esta marca en pierna de 250 gramos que se ostenta como jamón “fino” contiene fécula, que de acuerdo a la norma para esa clasificación no deberían usar los jamones finos.
(El fabricante mostró el cambio de etiqueta para que corresponda a la categoría “preferente”).
Cuadritos de jamón virgina no cumple con la cantidad libre de grasa de acuerdo a la opción preferente.
Parma Sabori
Parma virginia de pavo 250g no cumple con el 25% de reducción de sodio para ostentarse como “Reducido en sodio”.
San Rafael
Jamón real pierna 300g contiene almidón que no declara en sus ingredientes.
Bafar de pavo de 400 gramos y Duby
Estos jamones de cocido de pavo de 500 gramos no cumplen con el contenido que anuncian ya que contienen 4.7 y 5.6 por ciento menos producto respectivamente.
Duby 500g se denomina “jamón cocido de pavo” pero la totalidad de la carne utilizada no corresponde a muslo de pavo, como lo exige la Norma Oficial Mexicana-158-SCFI-2003 Jamón-Denominación y clasificación comercial, especificaciones fisicoquímicas, microbiológicas, organolépticas, información comercial y métodos de prueba.
Galy
Por su parte, esta marca esta cocido de cerdo y pavo a granel no contiene la cantidad necesaria de cerdo que dictan las normas mexicanas.
Esta marca tiene 51.5% y debe tener mínimo de 55%; mientras que la marca Parma, pierna york 200g, no indica en etiqueta la clasificación comercial.
El jamón cocido Sparta
De pavo y cerdo de un kilogramo no debería usar la denominación “jamón”, dijo el estudio de la Profeco, ya que contiene pollo, ingrediente que no es declarado entre sus componentes.
Al requerirlo, el fabricante mostró cambio en la formulación y nueva etiqueta del producto.
Lala Plenía, virginia de pavo 250g
Estas marcas no indica en etiqueta el porcentaje de proteína de soya adicionada. (El fabricante mostró el cambio de etiqueta para corregir la omisión del porcentaje de soya).
Los resultados fueron publicados en la edición número 522 de la Revista del Consumidor del mes de agosto.
Para este análisis de jamones mexicanos se realizaron más de 570 pruebas a 44 productos de distintas marcas.
La Profeco determinó tomar en cuenta la calidad sanitaria, el número de calorías, carbohidratos, cantidad de fécula, grasa, humedad, proteína, sodio y tipo de carne utilizada para su fabricación.
La Profeco dijo que entre los ingredientes para la elaboración de estos productos pueden encontrarse algunos elementos que causan alergias y que no son declarados entre los componentes en la etiqueta como el gluten, leche o soya.
Dijo también que pueden existir productos que a simple vista podrían tener la apariencia de jamón, pero que no lo son.
Recomendó leer la etiqueta para no exceder los niveles recomendados y cuidar la salud además que el producto debe estar siempre en refrigeración.
Algunas marcas incorporan ingredientes no cárnicos cuyo objetivo es sustituir una parte de la carne con un aporte proteico y funcional (soya), mientras que hay otros ingredientes como los almidones o las féculas de papa, maíz o chícharo; así como la carragenina, que se utiliza para aumentar la capacidad de retención de agua.