Las autoridades de Irán anunciaron este domingo el cierre de todas las escuelas de enseñanza primaria en la provincia de Teherán, hogar para 14 millones de personas, exceptuando dos ciudades, en una medida que podría extenderse a toda la jornada del lunes.
En la capital de 8,5 millones de habitantes, la contaminación alcanzó niveles muy elevados desde hace varios días y la densa niebla cubría las montañas que se observan al norte.
La concentración en tasa de partículas (PM2,5) subió el sábado hasta 169 microgramos por metro cúbico en algunos barrios. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una tasa inferior a 25 µg/m3 de media cada 24 horas.
El domingo por la mañana la concentración PM2,5 alcanzó 185 µg/m3 en el sur de Teherán y 174 en el centro.
Las autoridades de la provincia homónima también pidieron el cierre de minas y cementerías el lunes y reforzaron las restricciones de circulación en el centro de la capital. Además se llamó a ancianos, niños y mujeres embarazadas a intentar no dejar la casa. Para los demás se recomendó el uso de máscaras.
Todos los años la capital iraní, que se encuentra entre 1.400 y 1.800 metros sobre el nivel del mar, sufre una de las peores contaminaciones del mundo cuando una ola de frío genera el efecto llamado “inversión térmica”, por el cual una capa de aire caliente por encima de la ciudad atrapa el humo, en este caso generado por un parque automotor de 8 millones de autos y motocicletas.
En Tabriz y Orumieh, en el noroeste de Irán, las escuelas también cerraron el domingo por segunda jornada consecutiva, según la agencia oficial iraní IRNA.
Irán posee una importante industria automotriz y se espera que para el fin de año se hayan fabricado un millón y medio de nuevos vehículos. Sumado a un deficiente transporte público, este fenómeno ha fomentado el aumento de gases contaminantes en sus ciudades.
Al respecto, muchos habitantes de Teherán culpan a las autoridades municipales por la falta de transporte público y régimen iraní por su política de impulso irrestricto a la fabricación de autos, indicó la cadena PressTV.
“Teherán se está asfixiando pero cientos de miles de autos se fabrican cada año. Están construyendo en las montañas, destruyendo nuestros bosques. No queremos más petróleo. Queremos aire limpio para el futuro de nuestros hijos“, dijo Hossein, un hombre de 60 años, a la agencia AFP.
Por su parte Fatemeh Assadi, una mujer también de unos 60 años, dijo que “el gobierno no está haciendo nada“.
En octubre el alcalde de Teherán, Mohammad Ali Najafi, anunció que tiene un plan para desarrollar el transporte público y reducir el tráfico, pero advirtió también que la situación “tomará tiempo“, reportó la AFP.
En 2014 casi 400 personas debieron ser hospitalizadas en Teherán con problemas cardíacos y respiratorios causados por la contaminación. Otros 1.500 debieron recibir algún tipo de tratamiento.
Según el ministerio de Salud, sólo en 2012 la contaminación contribuyó a la muerte prematura de 4.500 personas en la capital y 80.000 en todo el país.
Estas estadísticas son sólo superadas por la crisis de contaminación del aire que existe en India y China.
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Source: Infobae