México, 26 Abr (Notimex).- El etiquetado que da cuenta de bajas concentraciones de alcohol en las bebidas, induce a las peronas a aumentar su consumo, según un estudio de la Unidad de Investigación de Conducta y Salud de la Universidad de Cambridge.
La investigación la realizaron en colaboración con el Centro de Investigación de Conductas Adictivas en la Universidad London South Bank.
El alcohol es la quinta causa principal de enfermedad y muerte prematura tanto en Reino Unido como a nivel mundial, por lo que la reducción de consumo es prioridad de salud pública en muchos países.
En un comunicado de la Universidad de Cambridge, se informa que en el Reino Unido, como parte de una serie de medidas para reducir el consumo general de alcohol, los responsables de las políticas están interesados en permitir que la industria etiquete una gama más amplia de productos alcohólicos como más bajos en alcohol.
Los cambios legislativos propuestos incluyen extender la variedad de términos que podrían usarse para denotar un menor contenido de alcohol y extender el límite de fuerza para incluir productos más bajos que el promedio actual en el mercado.
La doctora de la Universidad de Cambridge, Milica Vasiljevic, explicó que para que los productos de alcohol de menor resistencia reduzcan el consumo, los consumidores deberán seleccionarlos en lugar de volúmenes iguales de productos de mayor resistencia.
El estudio contó con la participación de 264 personas que consumen vino y cerveza: ellos fueron seleccionados de un penel representativo de la población general de Inglaterra, y fueron asignados de forma aleatoria a uno de tres grupos para degustar bebidas de prueba en un laboratorio diseñado para imitar un ambiente de barra.
Precisó que los resultados mostraron que la cantidad total de bebida consumida, aumentó a medida que la etiqueta de la bebida denota una fuerza de alcohol sucesivamente más baja.
El consumo promedio de bebidas etiquetadas como “súper bajo” fue de 214 ml, en comparación con 177 ml para las bebidas regulares (sin etiqueta), por lo que las diferencias individuales en los patrones de consumo de alcohol y los indicadores sociodemográficos no afectaron estos resultados.
La autora principal y directora de la Unidad de Investigación de Salud y Comportamiento, Theresa Marteau resaltó que etiquetar alcohol de menor concentración puede sonar como una buena idea si anima a las personas a cambiar de bebidas, pero el estudio sugiere que, paradójicamente, puede alentar a las personas a beber más.
Manifestó que si bien este estudio muestra que las personas pueden beber más si las bebidas tienen menos fuerza, aún se desconoce si este efecto es suficiente para provocar el consumo de más unidades de alcohol en general con bebidas alcohólicas de baja concentración.
Además, precisó que los participantes en este estudio fueron evaluados en un laboratorio de bar, por lo que para aprender más sobre el impacto del etiquetado de alcohol de menor fuerza, se necesita investigación en entornos reales.