Horas después del inicio de clases en la escuela secundaria Santa Fe, en Estados Unidos, uno de los alumnos irrumpió en el pasillo del recinto con una escopeta en su mano. Se dirigió hasta una sala en donde se llevaba a cabo una clase de arte y abrió fuego, disparándole a un total de 8 alumnos y dos profesores, quienes murieron prácticamente de forma instantánea a raíz de la gravedad de las lesiones.
Luego de que la policía logró tomar el control de la situación, informó a la prensa que el autor del tiroteo correspondía a un alumno vigente del establecimiento educacional. Se trató de Dimitrios Pagourtzis de 17 años, quien tras se detenido y arrestado, confesó que las víctimas fatales correspondían a personas que lo molestaron y se burlaron de él en algún momento de su vida.
En menos de seis meses, 22 tiroteos fueron perpetrados en Estados Unidos, hecho que sólo ha reafirmado la fatídica cultura de las armas que coexiste en el país que posee la mayor cantidad de armas per capita. Pese a representar una situación recurrente en el último tiempo en el país que se encuentra bajo el tutelaje de Donald Trump, la pregunta de cómo un joven de 17 años tuvo acceso a una escopeta volvió a resurgir en redes sociales.
Al interior del hogar de Pagourtzis yacía un número indeterminado de armas de fuego, las cuales pertenecen a su padre. Desde niño se crió con la presencia de armamento en un país que determinó que la edad para poseer un arma debía ser menor a la que se debe tener para poder consumir alcohol (18 años versus 21).
Armar antes de educar en orden de combatir el crimen
Tras el explosivo y preocupante aumento de los tiroteos, especialmente aquellos que han sido perpetrados al interior de escuelas y por parte de menores de edad, las soluciones ante la problemática que hoy vive Estados Unidos responden a la misma fatídica lógica que permite que muchos senadores, e incluso el Presidente, continúen avalando la indiscriminada tenencia de armas.
Uno de los más claros ejemplos alude a la solución entregada por Donald Trump, quien aseguró que armar a las profesores ayudaría a enfrentar a todos aquellos que ingresaran a las escuelas armados. Pareciera que el origen del problema sigue siendo algo imperceptible a los ojos de las autoridades estadounidenses, quienes en la mayoría de las ocasiones, pretenden aumentar el número de armas en lugar de educar a la ciudadanía.
Parte de las soluciones implementadas por las escuelas en Estados Unidos han sido entregar herramientas a los alumnos para que puedan defenderse. Éste es el caso de la escuela católica St. Cornelius, en Pennsylvania, en donde los maestros y las autoridades escolares entregaron escudos antibalas a los alumnos ante posibles tiroteos, cuyo costo bordea los 150 dólares.
Los escudos fueron diseñados para ajustarse a las manos de incluso los estudiantes más pequeños, quienes pueden sostenerlos o bien, llevarlos en sus mochilas para resguardarse de tiros que puedan dirigirse a sus espaldas.
Robert Vito, presidente de la compañía Unequal Techonologies, encargada de la fabricación de los escudos, aseguró que la idea nació a raíz del crecimiento que han experimentado los ataques en las escuelas y para proteger a su hija, quien asiste actualmente a secundaria.
Desde el establecimiento católico, el cual se mostró interesado desde el inicio, reafirmaron que desde su parecer es una medida lamentable pero que la realidad de Estados Unidos los ha llevado a adoptar medidas extremas.
“Es triste que los tiempos hayan exigido que se invente un producto así, pero hemos respondido a la llamada“, expresó Vito, quien pretende que la idea se expanda paulatinamente a más escuelas a lo largo y ancho del país.
A medida que emergen nuevas líneas de acción para “combatir” los tiroteos que siguen acabando con vidas inocentes, el gobierno y los parlamentarios continúan silenciando las demandas ciudadanas que exigen educación en torno al tema y una modificación a la ley de armas.
Source: UPSOCL
