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jueves, septiembre 19, 2024

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Encuestas de verdad: Instrumentos de medición para decisiones políticas, no para publicidad

Las encuestas reales para elecciones primarias son herramientas que se utilizan para tomar decisiones y no están diseñadas con fines publicitarios.

La encuesta publicada ayer por el diario El Universal generó una fuerte controversia, ya que muestra a Claudia Sheinbaum superando a Xóchitl Gálvez con una diferencia de 30 puntos porcentuales. Algunos opositores argumentan que se trata de una estrategia de engaño, pero esto resulta difícil de sostener considerando que la encuesta fue patrocinada por un medio de comunicación cercano a la 4T y no por un periódico que claramente muestra una postura hostil hacia el gobierno de López Obrador y Claudia.

Hace cinco años, era difícil pensar que López Obrador se convertiría en el defensor principal de las encuestas como una herramienta para entender la opinión pública. Él mismo popularizó el término "encuestas cuchareadas" para denotar la falta de veracidad. Sin embargo, ahora son los seguidores del PRIAN los que se quejan de "encuestas cuchareadas".

El movimiento obradorista busca llevar a cabo una elección primaria de manera poco convencional a través de encuestas, aunque su efectividad depende del contexto en el que se utilice esta herramienta.

Es importante señalar que existen dos tipos de encuestas: las manipuladas y las genuinas. Las encuestas manipuladas tienen como objetivo generar una percepción favorable hacia aquellos que las pagan, mientras que las encuestas genuinas son ejercicios científicos que buscan conocer la realidad. Las encuestas manipuladas son utilizadas como herramientas de engaño por parte de periodistas que se encargan de presentarlas como válidas, mientras que las encuestas genuinas se utilizan para tomar decisiones y no están destinadas a la publicidad. Los gobiernos utilizan estas encuestas para medir la opinión de los ciudadanos sobre asuntos importantes y así tener una idea clara de la situación en la que se encuentran.

En México, el INEGI es reconocido como la institución más confiable para realizar mediciones básicas sobre la vida en el país. Gracias a su gran expertise técnico y su compromiso institucional, el organismo autónomo se mantiene a salvo de la desconfianza que han generado otras instituciones públicas que hacen un uso cuestionable de su autonomía.

Manipulación de encuestas.

El uso de las encuestas con fines político-electorales es un terreno peligroso, ya que quienes las contratan suelen utilizarlas como propaganda en lugar de usarlas como base para fundamentar estrategias y tomar decisiones. Existen muchas empresas encuestadoras que se dedican a fabricar resultados con el objetivo de convertirlos en creencias en el periodismo poco riguroso.

Estas encuestas son muy lucrativas, ya que solo es necesario presentarse y no es necesario revelar quién las está realizando.

Las encuestas reales, como las cinco que llevaron a Claudia Sheinbaum a ganar en la competencia de "corcholatas", son el inicio de una reforma electoral que busca reducir el poder de las élites partidistas en la selección de candidatos, haciendo obligatorias las encuestas y que sean llevadas a cabo por el Instituto Nacional Electoral.

Hay muchas ventajas en este método, pero una de las más importantes es que la opinión de la sociedad sobre el candidato se vuelve un factor crucial en su carrera política, ya que la evaluación es libre y se basa en lo que se conoce de los participantes en lugar de lo que proyecta el marketing. Aquellos que sean considerados corruptos, incompetentes u oportunistas perderán frente a aquellos que sean percibidos como honestos, competentes y coherentes.

El método promueve que la persona consultada piense en cuál aspirante es el más adecuado, en lugar de centrarse en quién gana, lo cual reduce la adulación excesiva porque nadie sabrá en privado por quién se inclinó, ya sea para bien o para mal. También fomenta una cultura de pluralidad saludable al obligar a elegir entre candidatos que no son del mismo partido, lo cual nos ayuda a comprender que en todos los partidos existen tanto personas buenas y mejores, como malas y peores. La razón por la cual uno se decide a favor de un partido u otro se encuentra en sus principios y valores fundamentales.

Una ventaja importante es que las encuestas reducen los costos de la política, evitando la necesidad de eventos masivos que generan gastos innecesarios para los gobiernos locales que secretamente financian. También evitan conflictos que convierten las elecciones internas en un caos. Pero lo más crucial es que las encuestas legítimas, realizadas de manera transparente, son para los líderes autoritarios como la luz del sol para los vampiros.

La mula está de mal humor

Es común que exista desconfianza en la sociedad, ya que a lo largo de los años hemos presenciado cómo se utiliza el dinero público para manipular encuestas y favorecer a ciertos candidatos, mientras se desprestigia al rival más fuerte. Hemos sido testigos de numerosas elecciones amañadas y es comprensible que muchos sospechen de los resultados.

La forma en que se llevó a cabo la competencia de las corcholatas en Morena podría ser el inicio de una reforma electoral que fomente que los candidatos a cargos políticos sean elegidos desde las bases y no por acuerdos entre grupos poderosos.

En una verdadera democracia electoral, los cargos judiciales, ejecutivos y legislativos deberían ser elegidos por los ciudadanos de base, en lugar de ser designados por una élite o cúpula.

Quedamos el primer día de la semana en Recreo.

El usuario @luismedinalizalde-luis ha enviado un correo electrónico.

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