Un joven mexicano de 17 años acudió al hospital quejándose de dolores agudos en los ojos y problemas en su visión. Los médicos hicieron varios análisis y descubrieron algo desconcertante, había en el ojo del chico un gusano parasitario estaba perforando su iris mientras entraba y salía de los agujeros.

El examen mostraba una extraña luz en el globo ocular, pero además se detectaron varios agujeros alrededor del iris.

El paciente había estado sufriendo de disminución de la visión en su ojo derecho desde tres semanas antes de ir al médico y para cuando acudió al hospital apenas podía detectar movimiento cuando alguien movía las manos delante de él.

Se trata de un tipo de trematoda, una clase de parásitos de filo de gusanos platelmintos, en este caso, los Dactylogyrus, que normalmente perforan agujeros en el cuerpo del huésped.

Éste es un parásito omnipresente en los vertebrados e incluso hay un tipo específico que se especializa en atacar los ojos de los peces.
En los humanos las infecciones de Dactylogyrus son internas, ya sea en el hígado, los pulmones o los intestinos, pero nunca en un ojo.

“No es nada común que los trematodos infecten los ojos, pero es que en realidad no es común que ningún gusano infecte los ojos. Las personas pueden contraer una infección parásita de diversas maneras, dependiendo del ciclo de vida del parásito. Por ejemplo, nadando en aguas contaminadas con huevos de gusano o al ingerir el parásito a través de la comida. Era un misterio cómo llegó la infección al adolescente, porque ni los análisis de sangre ni las muestras de heces revelaron signos de una infestación del gusano”, declara uno de los doctores que atendieron al joven, en una cita del sitio web ‘Gizmodo’.

Los doctores lograron extraer el gusano, de 3 milímetros de largo, a través de una cirugía, aunque desafortunadamente ya había dañado parte de la retina posterior del ojo, por lo que el chico no recuperará la visión al cien por ciento.

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Source: Ay Ojon