En el próximo domingo 2 de junio del 2024, se elegirán en todo el país un total de 20,286 cargos de elección popular.
En este momento estamos en medio de un proceso electoral, donde los partidos políticos están en plena actividad interna para seleccionar a sus candidatos y candidatas para ocupar diferentes cargos, como la presidencia de la República, gubernaturas de nueve estados, todas las curules en el Congreso de la Unión (cámaras de diputados y senadores), congresos locales, presidencias municipales y regidurías.
El 2 de junio de 2024 se llevará a cabo la elección más grande en la historia de México, en la cual serán elegidos un total de 20,286 cargos de elección popular en todo el país. Según los datos oficiales del Instituto Nacional Electoral, se espera la participación de aproximadamente 98 millones de personas en esta jornada electoral.
Esto se refiere al evento democrático más importante en la historia del país. Será algo sin precedentes que pondrá a prueba a las instituciones electorales, al Estado en sí y a la sociedad en general. Las condiciones actuales son muy diferentes a las de hace décadas e incluso a las de hace 6 años. Actualmente nos encontramos en una situación geopolítica mundial única, donde las grandes y emergentes economías están llevando a cabo cambios que pretenden modificar los paradigmas de la hegemonía que conocemos hasta ahora. México no está excluido de este juego, al contrario, jugará un papel importante en esta reconfiguración, especialmente en el continente americano.
Además, también debemos tener en cuenta los problemas que han surgido y aumentado considerablemente en los últimos años, como el fortalecimiento de los grupos de la delincuencia organizada, la crisis humanitaria causada por la migración, la atención a los problemas de salud pública y las nuevas corrientes de pensamiento social. Estos serán factores determinantes en las próximas elecciones.
Por lo tanto, es crucial que los partidos políticos sean extremadamente cuidadosos al seleccionar a las personas que serán postuladas como candidatas en este proceso. No importa el nivel jerárquico al que aspiran, su vulnerabilidad es tan alta que podrían convertirse en presas fáciles para el crimen organizado. Este último ha encontrado en la política un terreno fértil para aumentar sus estrategias de lavado de dinero y legitimar sus intereses a través de los cargos públicos, como ya hemos presenciado en elecciones anteriores. Sin embargo, lo más importante es que nosotros, como electorado, analicemos minuciosamente a los candidatos y el proyecto que representan. De esta manera, podremos tomar la mejor decisión al momento de ejercer nuestro voto y elegir el rumbo más favorable para nuestro país.
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