MEDELLÍN, Colombia (AP) — El papa Francisco viaja el sábado a la ciudad de Medellín, en el noroeste colombiano, para su tercera misa campal de su viaje a Colombia y reunirse con centenares de niños desamparados.
Un día después de conmovedores encuentros con víctimas y victimarios del largo conflicto armado colombiano, en los que pidió un sincero paso por el perdón y la reconciliación del país, el papa llega con un mensaje probablemente dirigido a la renovación y un mayor compromiso para erradicar la violencia y atender a los más necesitados.
Medellín, la capital del departamento de Antioquia y la segunda ciudad más importante del país, sufrió en el pasado reciente los embates de la violencia paramilitar y del narcotráfico.
La misa está prevista para las 10:15 hora local. Luego del oficio religioso, Francisco se reunirá por la tarde con centenares de niños abandonados y en condiciones de riesgo en la Casa Familia San José, una institución caritativa. Antes de regresar a la Nunciatura Apostólica en Bogotá, el papa celebrará un encuentro con sacerdotes, seminaristas y sus familias.
La víspera, el alcalde de Medellín informó que a la misa asistirían el presidente Juan Manuel Santos y el exmandatario y senador Álvaro Uribe, un acérrimo rival del actual gobernante y fuerte crítico a los acuerdos de paz que firmaron el año pasado el gobierno y las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Sin embargo, medios colombianos reportaron el sábado que Santos no viajaría a Medellín, pero sí a Cartagena, el domingo, para el último día de estadía de Francisco en el país.
La presencia de Santos y Uribe en la misa había llamado la atención como un posible paso a la reconciliación pedida por el papa en una nación que quedó polarizada tras la firma de la paz.
El papa vivió el viernes una jornada intensa y conmovedora: en un encuentro en la ciudad de Villavicencio _una de las más golpeadas por la guerra_ escuchó los testimonios de víctimas y agresores del conflicto, rezó con ellos y les pidió que perdonaran con franqueza para lograr sanar las heridas del más viejo conflicto armado de América Latina.