En las últimas noticias, se han dado a conocer las razones detrás del cierre de Gobierno en Estados Unidos y se analiza por qué resulta tan complicado llegar a un acuerdo. Este cierre podría tener repercusiones en la economía del país, disminuyendo el Producto Interno Bruto (PIB) entre un 0.15% y un 0.2%.
La paralización del Gobierno podría tener un impacto negativo en la economía de Estados Unidos, disminuyendo el crecimiento del producto interno bruto (PIB) en un rango de 0.15 a 0.2 puntos porcentuales.
El tiempo se agota rápidamente. Estados Unidos se está acercando a un posible cierre de Gobierno que podría generar serias repercusiones económicas. Este cierre parece inevitable debido a la obstrucción de los republicanos que están alineados con el expresidente Donald Trump (2017-2021).
El domingo 1 de octubre a medianoche, la Administración pública se quedará sin dinero, lo que ocasionará el cierre de la mayoría de las agencias gubernamentales, museos y parques nacionales. Además, aproximadamente 1.3 millones de militares y cientos de miles de funcionarios no recibirán su salario.
De acuerdo con Goldman Sachs, si el cierre continúa, podría tener un impacto negativo en la economía de Estados Unidos. Se estima que cada semana que dure el cierre, el Producto Interno Bruto (PIB) podría reducirse entre 0.15 y 0.2 puntos porcentuales.
A pesar de las serias consecuencias, parece extremadamente difícil alcanzar un consenso. Aquí están las razones principales que explican esta situación:
Los republicanos que apoyan a Trump y se llaman a sí mismos "Freedom Caucus" son el principal obstáculo en este caso. Están desafiando al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, a quien consideran demasiado moderado.
Varios miembros del grupo conocido como "Freedom Caucus" se mostraron en desacuerdo con la elección de McCarthy como líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes en enero. Incluso plantearon ciertas condiciones para su nombramiento, como la modificación de las reglas para permitir que cualquier republicano pueda convocar una votación para destituirlo.
Adicionalmente, McCarthy se comprometió a reducir los gastos del gobierno para poder ser elegido como líder de la mayoría republicana.
No obstante, durante el mes de junio, cuando Estados Unidos se encontraba en riesgo de no poder cumplir con su deuda soberana, McCarthy y Biden llegaron a un acuerdo en el cual el Congreso permitió que el Gobierno continuara solicitando préstamos para pagar sus deudas, a cambio de establecer límites concretos en el gasto gubernamental.
Los legisladores que apoyan a Trump se sintieron defraudados por ese acuerdo y ahora están solicitando mayores reducciones. Específicamente, desean establecer un tope de gasto público de 1.47 billones de dólares para el año fiscal 2024, lo que implica recortes adicionales de 120.000 millones de dólares en comparación con lo acordado.
El "Freedom Caucus" tiene la capacidad de ejercer presión sobre McCarthy debido a que los republicanos tienen una mayoría muy ajustada en la Cámara y el liderazgo requiere del respaldo de todos ellos para aprobar cualquier propuesta.
McCarthy está en una situación complicada ya que ha tenido que ceder ante las demandas del ala más radical de su partido. Incluso ha iniciado un juicio político contra Biden a pesar de no estar completamente de acuerdo. Sin embargo, sus esfuerzos parecen no ser suficientes para satisfacer a este grupo.
El viernes pasado, McCarthy hizo un intento fallido de aprobar un proyecto de ley que habría proporcionado financiamiento adicional a la Administración hasta el 31 de octubre. Sin embargo, este proyecto de ley incluía restricciones a los programas de asilo y recortes en todas las áreas de gasto, excepto en la seguridad fronteriza.
Los demócratas que se oponen a las disposiciones fronterizas y los republicanos más radicales votaron en contra de ese proyecto. Estos últimos rechazan cualquier medida para mantener en funcionamiento la Administración y están siguiendo las instrucciones de Trump, quien esta semana les instó a resistir y provocar el cierre del Gobierno.
A pesar de esto, McCarthy no se da por vencido y está explorando otras opciones para financiar el gobierno. El viernes, declaró que aún tiene otras ideas en mente.
El proceso en el Senado avanza lentamente, mientras McCarthy busca unir a las diferentes facciones de su partido. La mayoría de los senadores republicanos están de acuerdo en que es necesario mantener en funcionamiento la Administración, por lo que han llegado a un acuerdo con la mayoría demócrata en esa cámara para extender los fondos durante seis semanas, hasta el 17 de noviembre.
El proyecto de ley del Senado ha pasado una votación preliminar, pero su contenido no podrá ser votado hasta el domingo, cuando se espera que la Administración ya esté cerrada.
El avance del proceso se ha visto obstaculizado debido a la oposición del senador republicano Rand Paul, quien se opone al proyecto debido a la inclusión de ayuda adicional para Ucrania.
La Casa Blanca ha responsabilizado a los "extremistas" que apoyan a Trump por la situación de estancamiento y les ha pedido a los republicanos que sigan el acuerdo que McCarthy alcanzó en junio con Biden para evitar el cierre del Gobierno.
El viernes, durante una conferencia de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, reafirmó que habían hecho un trato y que un trato es un trato.
De acuerdo con Jean-Pierre, Biden ha decidido no encontrarse con McCarthy en este momento, y no ha tenido ningún tipo de comunicación con él desde hace varias semanas.
No obstante, el presidente se quedará en la ciudad de Washington durante este fin de semana en vez de ir a su casa en Delaware, con el objetivo de estar al tanto de la situación.
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