Una desgarradora imagen de un niño gravemente desnutrido y llorando de dolor mientras se aferra a un médico en un hospital sirio, muestra cuán sombría es la situación actual en el país devastado por la guerra. El niño fue fotografiado en una clínica en la ciudad controlada por los rebeldes de Hamouria, en la región oriental de las afueras de la capital, Damasco. Pesa solo 1,8 kg y no se sabe cuántos años tiene.
Estas desgarradoras imágenes se difunden un año después de que una imagen de Omran Daquneesh capturara los corazones de miles de personas alrededor del mundo, cuando fue fotografiado cubierto de sangre y polvo después de que su casa fuera bombardeada en Alepo. Su hermano Ali, de 10 años, murió en el ataque en 2016. Omran se convirtió en un escalofriante recordatorio de los horribles sufrimientos que sufren los niños sirios cada día. Desde entonces se ha reunido con su familia y ha cambiado su nombre y su peinado para que la gente no lo lastime.
La guerra en Siria ha cobrado la vida de cientos de miles, incluidas mujeres y niños, y ha dejado sin hogar a más de la mitad de la población en los últimos siete años. Los médicos de hospitales y clínicas de Ghouta del Este dicen que examinan a docenas de niños desnutridos por día, y que el número va en aumento. Uno tiene dificultades para respirar, otro tiene un tubo de alimentación en la boca y un tercero tiene un vendaje envuelto alrededor de su pequeño brazo. Yahya Abu Yahya, médico y jefe regional de servicios médicos de la ONG turca Desarrollo Social Internacional, que tiene varios centros médicos en Ghouta, dijo que los centros hospitalarios habían examinado a 9.700 niños en los últimos meses. “De estos, 80 padecían desnutrición aguda severa, 200 tenían desnutrición aguda moderada y unos 4000 padecían deficiencias nutricionales”, dijo.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) define la “malnutrición aguda grave” como la forma más extrema y visible de malnutrición. “Su rostro es un niño, frágil y esquelético, que requiere un tratamiento urgente para sobrevivir”, dice. Abu Yahya dijo que muchos niños en Eastern Ghouta sufren de ‘deficiencias, migrañas, problemas de visión, depresión, problemas psicológicos’. Según cifras de la ONU, unas 400,000 personas viven en partes asediadas de Siria, la mayoría en Ghouta Oriental. A pesar del acuerdo sobre zonas de desescalada respaldado por los partidarios del régimen de Rusia e Irán y el patrocinador rebelde Turquía, la región todavía tiene un acceso muy limitado a la ayuda. Abu Yahya dijo que la región no estaba recibiendo los alimentos básicos que necesitan los niños, como azúcar, fuentes de proteínas y vitaminas.
El 23 de septiembre, un convoy que transportaba comida y asistencia médica para unas 25,000 personas ingresó a tres áreas sitiadas de Ghouta Oriental, según la ONU. Pero Abu Yahya dijo que la ayuda que llega a la región cubre solo del 5 al 10 por ciento de las necesidades de los niños desnutridos. Sahar fue la última víctima de la crisis alimentaria de Eastern Ghouta. El domingo, su padre llevó a la niña pequeña a la tumba. Detrás de él, unos parientes caminaban con la madre de Sahar, casi desplomándose de dolor.
Fuente: Metro
Source: El Ciudadano
