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Las candidatas deben establecer sus posturas y, una vez elegidas, recordar a sus seguidores quién tiene el poder y la autoridad aquí.
Ambas personas deberán tomar una postura firme y, una vez que ganen, asegurarse de recordar a sus seguidores quién tiene el control y quién toma las decisiones aquí.
Las personas inteligentes son aquellas que no tienen miedo de la inteligencia. Esta es una cita de Florestán.
Nos encontramos ante la primera vez en que las mujeres que se postulan como candidatas presidenciales no tienen relación con la formación del Congreso con el que les tocaría gobernar a partir del primero de octubre, dependiendo del caso.
En el partido gobernante, López Obrador estableció una serie de condiciones y reglas que todos aceptaron, y se firmaron el 5 de junio en el restaurante El Mayor. El líder máximo dictó que el candidato o candidata que obtuviera el primer lugar en la encuesta sería el o la candidata oficial. Los que quedaran en segundo y tercer lugar serían coordinadores en el Congreso, y los que quedaran en el cuarto, quinto y sexto lugar formarían parte del gabinete. Además, días después se decidió que aquellos que quedaran en segundo lugar en las elecciones de gobernador de Morena también formarían parte del Legislativo.
En el bando opuesto, Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum fueron ignoradas, al igual que el presidente oficialista. En este caso, no fue el presidente quien actuó de esta manera, sino los líderes de los partidos. Alejandro Moreno, quien es inaceptable, se colocó en el primer lugar para el Senado, al igual que Marko Cortés para el PAN. Después hicieron sus listas, cada uno colocando a sus propios candidatos y no a los de la coalición ni a los de la llamada sociedad civil, y mucho menos a Gálvez. El Congreso estará bajo su control, así como el oficialismo estará bajo el control de López Obrador.
Una vez más, aquellos que tienen el poder, el presidente con control total en su movimiento, y los propietarios de los partidos con pleno dominio en sus territorios, abandonaron a sus candidatas.
Esto me lleva a anticipar que si alguna de ellas llega a ser presidenta, no contará con el apoyo de un congreso aliado. En el caso de Morena, estaría al servicio de López Obrador, y en el caso del frente, de Moreno, Cortés y sus aliados.
Si Claudia gana, como parece probable, enfrentará mayores desafíos que Xóchitl, quien logró una victoria casi imposible. Esto se debe a la influencia de su predecesor, quien continuará supervisando la consolidación de su cuarta transformación sin contratiempos, como se ha mencionado.
Una de las dos personas tendrá que tomar una posición y, cuando gane, deberá recordar a sus seguidores quién tiene el poder y quién manda en este lugar.
Fragmentos de tela
Se ha creado la Alianza Progresista de Apoyo a Sheinbaum, que cuenta con la participación de miembros de otros partidos como Alejandro Murat, Adrián Rubalcava y Eruviel Ávila del PRI, así como las senadoras Diva Gastelum del PAN y Nuvia Mayorga del Verde. Estaremos atentos para ver cuándo se manifestará su apoyo.
Según El Universal, no se tienen registros en los departamentos de Salud, Hacienda ni en la Presidencia de la Farmaciota sobre la inauguración que López Obrador realizará el día 30 con todas las medicinas del mundo. Además, no hay fondos asignados en el presupuesto. ¿Entonces, cómo se llevará a cabo?
Es inusual comenzar un período electoral con las autoridades en crisis y siendo criticadas por el presidente, como es el caso del Tribunal Electoral y el INE en la actualidad. ¿A quién beneficia esta situación de fragilidad? Claramente no beneficia a Sheinbaum.
Quedaremos mañana, pero de manera confidencial.
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