Por Edelmiro Franco. Corresponsal
Bogotá, 31 Ago (Notimex).- La visita del Papa Francisco a la ciudad de Villavicencio es simbólica para las víctimas de la guerra porque el sur de Colombia fue una de las zonas donde las guerrillas ejecutaron sus actos más barbaros durante su confrontación armada con el Estado.
Los 53 años de conflicto armado en Colombia, que finalizó con la dejación de las armas el pasado 15 de agosto por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dejó cerca de 300 mil muertos, miles de desaparecidos, más de 7.5 millones de víctimas que andan desplazados por los centros urbanos, clamando justicia.
La firma del Acuerdo de Paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC, que esta semana se convierten en partido político, es el hecho histórico más importante del país en las últimas cinco décadas, pero a la vez marca el gran reto para los 48 millones de colombianos: perdonar.
Villavicencio, la capital del departamento del Meta, en el sur de Colombia, una zona azotada por todos los actores armados de esta guerra de 53 años continuos, fue el lugar que decidió el Papa Francisco para su mensaje de reconciliación.
En esta ciudad intermedia, a menos de tres horas por tierra, de Bogotá, se hará el principal acto por la reconciliación nacional, donde el líder de la Iglesia católica tiene en su agenda un conversatorio entre víctimas y victimarios.
El evento se denominó “Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional”, el cual se realizará el 8 de septiembre en el parque “Las Malocas”, con una asistencia estimada de más de cinco mil víctimas de la guerra, seleccionadaspor la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal, y por la Unidad Nacional de Víctimas.
En el acto de reconciliación nacional tendrán voz dos representantes de las víctimas y dos victimarios, que serían dos representantes de las desmovilizadas guerrillas de las FARC.
Las víctimas del atentado al club empresarial El Nogal, ejecutado por las FARC en febrero de 2003, que dejó 36 muertos y 200 heridos, y el desmovilizado grupo insurgente le pidieron a través de una carta al Papa Francisco que los reciba en una audiencia.
La misiva fue suscrita por Bertha Lucía Fríes, en representación de las víctimas, y el líder de las FARC, Carlos Antonio Lozada. Le indican al jefe de la Iglesia católica que las víctimas y victimarios están unidos y convencidos que caminan por el sendero de la reconciliación.
“Contagiados e impulsados por el amor y el perdón hemos organizado una delegación con el firme deseo de presentarnos ante usted como un símbolo de paz y reconciliación de Colombia”, manifestaron en la carta al pontífice.
En el encuentro, víctimas y victimarios le quieren mostrar al Papa un ejemplo de lo que están haciendo en el marco del Acuerdo de Paz, que está en proceso de implementación o lo que se conoce como fase del postconflicto.
“Queremos construir un nuevo escenario donde no reine el odio, donde construyamos una cultura de la reconciliación fundamentada en compromisos y reglas claras de comportamiento (…) Nuestro sueño es exportar paz y deponer las armas de nuestros corazones”.
