TOKIO (AP) — Periodistas extranjeros tendrán permitido viajar a las profundidades de las montañas de Corea del Norte esta semana para atestiguar el cierre del sitio de pruebas nucleares Punggye-ri, una muestra de buena voluntad antes de la cumbre entre el líder Kim Jong Un y el presidente estadounidense Donald Trump el próximo mes.
Se esperan buenas imágenes, pero no mucho más.
La exhibición pública del cierre de la instalación en el monte Mantap probablemente sea más espectáculo que sustancia. Y los medios pasarán gran parte de su tiempo en una zona que Corea del Norte espera convertir en motor económico si las propuestas diplomáticas de Kim dan frutos.
Sin duda, el cierre es un hito que marca el final del último sitio activo de pruebas subterráneas del mundo y ofrece algunas ideas importantes sobre la mentalidad de Kim mientras prepara el escenario para su reunión con Trump.
Kim anunció su plan de cerrar el sitio de pruebas durante una reunión con líderes del partido el mes pasado, justo antes de su cumbre con el presidente surcoreano, Moon Jae-in. Su explicación fue que el desarrollo nuclear de Corea del Norte ahora está completo y que las pruebas subterráneas adicionales son innecesarias.
Pyongyang ha realizado seis pruebas nucleares subterráneas desde 2006. La explosión más reciente y más poderosa una bomba de hidrógeno según el régimen norcoreano fue en septiembre. Todas sus pruebas se han llevado a cabo en Punggye-ri, en el interior montañoso del noreste del país.
Antes del anuncio de Kim, Corea del Norte era el único país que todavía realizaba pruebas subterráneas.