Como cualquier humano en este planeta, mi sentido de la moda ha ido cambiando con los años. Pero debo admitir que no soy una de esas chicas que se preocupa tanto por cómo vestirme. Es decir, depende de la ocasión, si es una fecha o evento importante me la paso buscando algo que me fascine. Cotidianamente, esa frase de “antes muerta que sencilla”, no va conmigo. Incluso, los accesorios no están en mi lista de cosas que debo usar sí o sí, con decirles que recién a los 15 años me perforaron las orejas y conocí el mundo de los aretes. Siempre he “admirado” a aquellas muchachas que se la pasan dos horas escogiendo su ropa y combinando todos los colores posibles, o copiando algún outfit de las Kardashians. Es por eso que decidí hacer este divertido vivencial.
Mi novio, Alberto, es todo un personaje. Como está tan metido en el mundo audiovisual, el cine y todo eso, se preocupa un poco más por “la producción”. Es detallista con ciertas cosas, le encantan ciertos colores y asegura que me veo bonita con mi cabello amarrado, lo cual no me gusta porque nunca fui partidaria de que se me viera la amplia frente que tengo. Ese buylling de primaria, me marcó de por vida. Por eso decidí que fuese él quien me vistiera una semana entera. Él no tiene las mismas inseguridades que yo, y es mucho más “aventado” y pisotea el qué dirán.
Cuando le conté la idea se rió mucho pero aceptó con gusto, así que llegamos a un acuerdo de poner ciertas reglas para esto, y fueron las siguientes:
- Estamos en invierno acá en Santiago (Chile) así que debía de ser ropa abrigada (fue mi única petición).
- Yo no podía decirle lo que opinaba con respecto a los “outfits”, hasta el final de la semana.
- Ninguno de mis compañeros de trabajo o amigos podía saber sobre esto, para ver sus reacciones naturales al verme con la ropa puesta.
Buena suerte, para mi.
Lo que Alberto dijo: Escogí el peludito porque es abrigador y de color blanco, perfecto para estas leggins (calzas) de galaxia que tanto se quiso probar. Es rara la vez que veo a Elena con el cabello amarrado, debe de atreverse más a hacerlo.
Lo que yo pensé: Me encantó el peludito, son mis favoritos en épocas de invierno. Las leggins de galaxia salían un poco de mi zona de confort, así que no sé si los usaría y bueno, ya les conté lo que pienso sobre el cabello amarrado.
Lo que Alberto dijo: Recuerdo que Elena compró este sweater en una tienda vintage-hindú (un estilo raro de tienda) y nunca lo usó. Quería verlo puesto en ella y acompañado de los jeans básicos, para que fuera un look sencillo.
Lo que yo pensé: He odiado ese sweater desde el minuto que lo pagué y me lo llevé a casa. Lo miré muchas veces y me cuestioné: ¿qué sucedió Elena, por qué lo escogiste? Siento que hace que me vea gorda y eso es incómodo. Los jeans básicos, son lo mío.
Lo que Alberto dijo: Quería que Elena se atreviera a usar este tipo de “modelos o estampados”. Y los jeans rasgados, los escogí porque hubo un tiempo que le gustaban. Cuando llegó a vivir a mi país los dejó porque le dio temor por el qué dirán. Esta vez una media cola y aretes blancos de bolita para que se viera sobrio.
Lo que yo pensé: El sweater me fascinó. Tiene un estilo muy lindo y sobre todo, es bastante abrigador. Perfecto para una época así. Los jeans, aún estoy en duda.
Lo que Alberto dijo: A Elena le encantan las camisas, y por hoy quise darle el gustito de vestirla como a ella le gusta. Obviamente hice las cosas al revés. Le dije que se pusiera un sweater verde y que se tapara con la camisa a cuadros. Tengo la impresión de que no le convenció tanto.
Lo que yo pensé: Las camisas a cuadros me encantan, pero no sé si hubiera usado un sweater debajo. Sé que este look fue más a mi estilo.
Lo que Alberto dijo: Elena le tiene fobia a la ropa que brilla, pero vamos, este sweater es abrigado y se le ve bien. Se lo combine con unas leggins negras, junto con una trenza y aros.
Lo que yo pensé: ¿Por qué me escogió esto? La ropa que tenga brillantes es algo detestable para mi closet. Me gusta verlo puesto en otras personas pero no en mi. Pienso que si quisiera pasar desapercibida en algún lugar no podría. Brillaría como una de esas bolas de discoteca.
Lo que Alberto dijo: Es fin de semana, y saldremos. Así que le escogí un enterizo azul, acompañadas de unas panties negras y una chaqueta de mezclilla. El cabello suelto y unos aros. Un poco de maquillaje y lista.
Lo que yo pensé: Me gustó cómo combinó el enterito con la chaqueta de mezclilla. Los aros con la mano de Fátima, fueron mis favoritos.
Lo que Alberto dijo: Por ser el último día, le escogí un sweater corto como crop para que pudiera ir de la mano con el jean tiro alto azul. Le dije que usara un labial rosado para que resaltara con su piel. Elena no usa maquillaje. Es difícil que la pilles con algo de sombras encima o un labial de color oscuro.
Lo que yo pensé : Odio maquillarme, pero me encantó el color de este labial. El sweater es muy abrigado, y el color, demasiado tierno. No me quejo.
El día sábado: Entre todos, este fue mi favorito porque me pareció que deje de lado hace mucho combinar mi ropa “de verano” con mi ropa de invierno. Se me había olvidado por completo que también podía hacer estas combinaciones y verme bien. Me sentí cómoda con la ropa y el maquillaje fue ligero y perfecto para la ocasión.
El día lunes: Aunque me haya gustado mucho el peludito, la verdad es que siento que para esas leggins de galaxia usaría otro sweater más largo y menos “esponjoso”. Este outfit fue con el que menos me identifique. No lo usaría para salir… ¡NUNCA!
Alberto: Yo me divertí mucho. Quería que esta semana fuera cómoda para Elena, pero a la vez saliera un poco de su zona de confort. Me gustó combinar los colores y algunos de los accesorios que tenía. Sé que usó ciertas cosas que no le gustaron pero lo hizo como una campeona. De repente después, yo dejaré que ella me escoja la ropa por una semana. ¿o mejor no?
Elena: Me sorprendí con un par de outfits que escogió Alberto, pero en general, es lo que esperaba. Me conoce bastante bien y sabe qué es lo que podría quedarme bien y lo que no. Pensé que sería mucho peor y que me vestiría como un arcoiris. ¡De la que me salve! Lo que más rescato es que me hizo darme cuenta que mientras que me sienta bien y cómoda con mi ropa, así sea la más brillante o la más apretada, lo demás no importa tanto.
Y tú, ¿dejarías que tu novio(a) escoja tu ropa por una semana?
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Post y Contenido Original de : UPSOCL
Mi novio escogió mi ropa por una semana. Y esto es lo que (lamentablemente) pasó
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