Me encanta cuando mis amigos intercambian las historias sobre su primer beso.

Me acuerdo una vez, cuando nos sentamos alrededor de un círculo y cada una compartió su historia. Me acuerdo que fue durante la lluvia, mientras veíamos una película. Habían sido a sus 15, 12 o 17 años.

Entonces llegó mi turno. Me preparé para contar mi historia, pero tengo 22 y aún no di mi primer beso. Tampoco he tenido un novio, ni una cita.

La verdad es que pensé que iba a suceder en mi cumpleaños de 16. Había un chico del que yo estaba totalmente enamorada. Y aunque nunca había mostrado ningún interés en mí, yo creí que estaba locamente enganchado y que me besaría en mi cumpleaños. Pero no sucedió.

Entonces pensé que iba a suceder antes de mi cumpleaños número 19. Nadie me gustaba, pero yo había leído un artículo en una revista sobre una chica que tuvo su primer beso a los 19 años, y me dije a mí misma que no sería esa mi historia, que yo besaría antes de esa fecha. Y no pasó.

Entonces pensé que sería durante mi primer año de universidad. Había un chico que me gustaba y por una vez en la vida sentí que era amor correspondido. Y como éramos muy amigos creí que algún momento eso iba a suceder. Yo estaba segura de que él sería la primera persona que me diera un beso.

Pero tampoco pasó.

Entonces decidí que sería antes de mi graduación de la universidad, porque no podía de ninguna manera ser una graduada de la universidad que nunca había tenido una cita ni había sido besada. Yo estaba decidida. Yo estaba absolutamente segura de que esa no sería mi historia. ¡Tampoco!

Luego me mudé a Nueva York para hacer un posgrado y entre el trabajo y las pasantías, me la pase sin besar a nadie. Todas mis amigas estaban ocupadas besando personas. Ellas salían por la noche, se divertían y besaban chicos. Yo, en cambio, gastaba mis tardes viendo la televisión y escribiendo libros que nadie va a leer nunca.

Era muy difícil dejar que eso no me molestara. Parece que todo el mundo estaba encontrando el amor. Mi muro de Facebook estaba inundado con los avisos del compromiso. Mi Instagram estaba lleno de fotos de parejas y de anillos. No puedo escapar de esos pensamientos porque incluso cuando prendo Netflix para relajarme, todos mis personajes favoritos hacen de personajes cariñosos que besan y frotan toda su felicidad en mi cara.