Sí, siempre fui yo la que estuve ahí para ti: la que iba detrás tuyo arreglando los errores que dejabas en el camino, la que aguantaba ver cómo te ibas con unas y con otras tras cada pelea, la que a pesar de no haber recibido una despedida digna aún así volvía, la que aguantó lágrimas al ver que siempre hubo en tu vida personas especiales y yo no iba incluida, la que a pesar de mucho gritar no se podía mantener enfadada por más de un día, y la que perdonó sin recibir un perdón en más de una ocasión.
Pensé que el tiempo curaba las heridas, pero no es así, el tiempo es lo que usan los culpables para enmendar sus culpas. Es una vaga manera de reparar el pasado sin tener que decir “lo siento”. ¿Quién iba a querer reabrir las heridas del pasado? Aunque en mí, aún no han sanado. Ese es el sacrificio que yo acepté, pero que tú nunca te atreviste. Siempre excusé tus reclamos, aun cuando tu provocabas el daño; para ti nunca fuiste el malo, ni el que me hacía daño.
Tantas veces ignore tus errores por no ver la persona que realmente eras, y esta vez la vida me reclamó fuerte y a los ojos que no estaba bien, esta vez la realidad me ha dado una cachetada fuerte y contundente que me dejó inerte en el suelo, es difícil entender que falle. Quise poner como actor principal de mi obra a un simple tramoyista, que no solo arruinó la escena, sino que la obra entera. Creí mentiras que ni tú te creías, acepté disculpas que nunca pedías, aguanté lo inaguantable, escuché salir de tu boca cosas hirientes que conmigo siempre, pero con el resto nunca, por creer que tus palabras de amor eran verdaderas, pero que en la primera oportunidad a alguien más, se las decías.
Lo di todo por ti, tenías miedo que te lastimaran, pero al final fui yo quien más que sufrí.
Me sobraba todo menos ganas, hubiera sido capaz de dar la vida por una a tu lado, pero sola no podía y es que no supiste sobrellevar esta relación que se supone debía ser de dos, me cansé de cargar sobre mi espalda con tu vida, me desgasté en el intento, y hoy mi cuerpo me ha pedido factura. Se ha cansado de escuchar todo menos la verdad, ha dejado de soñar, solo quiere pensar.
Mis ojos se han cansado de llorar, mi vida se ha cansado de esperar.
Gracias, porque sé lo que fue sentir todos los días dolor en mi alma y en mi corazón; ansiedad, depresión e impotencia desde que a mi vida se asomó la traición, quise que fueras el hombre de mi vida y resultaste ser las más triste y decepcionante realidad de mi vida.
Esta vez le escribo al viento, a las hojas de los árboles que no se cansan de caer, al viento que corre tan fuerte, como esta sensación de melancolía que ha tardado mucho en desaparecer. Esta vez no le escribo al recuerdo, le escribo al silencio que me acompaña cada amanecer.
Esta vez solo quiero escribir lo que mi alma no puede sostener más…
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Post y Contenido Original de : UPSOCL
http://www.upsocl.com/colaboracion/lo-di-todo-por-ti-tenias-miedo-que-te-lastimaran-pero-al-final-yo-fui-la-que-mas-sufrio/
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