Buscando enriquecer una fórmula multimillonaria, como lo demostró la saga de Harry Potter, se rescata el mundo mágico en el que se amplían las posibilidades de seguir generando dinero, con base a la euforia del público de Potter. En esta ocasión, y 70 años antes de lo narrado con el mago de gafas, el protagonista es Newt Scamander, un magizoólogo a quien le encargan escribir un libro sobre seres fantásticos, de igual modo va recolectándolos en un maletín mágico, sin embargo, por azares del destino, habrá que acopiarlos de nueva cuenta.

En el transcurso de esta labor, Scamander se irá topando con nuevos personajes, en los que destaca un muggle con aspiraciones a ser chef; así como a dos hermanas brujas y un grupo de detractores, conformando así el inicio de una saga, con buen diseño de producción, pero muy mediana en su trama y desarrollo.

Entre los aciertos y como lo diagnostica el título la cinta, cuenta con criaturas vívidas, en las que se muestra una gran imaginación, sin embargo, con ellas los personajes de carne y hueso lucen desdibujados, tardan demasiado en levantar expectativa. Incluso, la primera parte de la trama se torna tediosa. Hay momentos que se toman demasiado en serio y se olvidan de tener un poco de diversión, los momentos hilarantes son escasos y eso se resiente.

Eddie Redmayne consigue hacer click con el público, pero en más de dos horas de duración sólo vemos un deleite visual y mágico que no alcanza a ser hechizante para todos los muggles, es correcta, pero intrascendente, no petrifica las emociones como lo hace un buen conjuro.

                                                                                     —Adrián Ruiz

DIRIGEN
David Yates.

ACTÚAN
Eddie Redmayne.
Colin Farrell.
Katherine Waterston.
Samantha Morton.