CIUDAD DE MÉXICO
Los muros del Hospital Juárez de la Ciudad de México atesoran historias de dolor por enfermedades, de alegría por el alta de pacientes, operaciones exitosas, reconocimientos… Designios de Don Destino dirán los que van más allá y hablan de leyendas, que hacen referencia a ‘La Planchada’.
Narraciones que se ubican en tiempo que los que relatan eligen…
1846. Conflicto entre México y Estados Unidos. Ya desde la época había pretensión de los estadunidenses por adherir a la Alta California, Nuevo México y Texas a su dominio. De los campos de batalla en Monterrey, el 21 de septiembre de 1846, a las montañas de La Angostura en febrero de 1847 y de ahí a los enfrentamientos en Padierna y Churubusco, hasta llegar a la batalla de Chapultepec, el 13 de septiembre de 1847… Un conflicto que culminó el 2 de febrero de 1848 con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo con el que México cedió Nuevo México y la Alta California.
LA MUJER DE LA PRIMERA ÉPOCA
Insertada en esa historia de guerra están las bajas en combate por lesión o moribundos en el Hospital municipal de San Pablo, hoy Hospital Juárez.
Jacinto sepulta a la muerte para sobrevivir
Los primeros heridos fueron recibidos el 23 de agosto de 1847 y con ello surge la leyenda… una mujer con vestimenta blanca y almidonada se presentaba ante dolientes por la guerra -algunos lisiados con altas temperaturas-, a prestarles ayuda. ¿Verdad o ficción? Leyenda es y sigue siendo.
En otras ocasiones, las enfermeras cansadas por las jornadas agotadores eran vencidas por el sueño… hasta ellas llegaba un silbido al oído, en otras, un viento frío abría intempestivamente las ventanas. ¡Uf! Recordaban que debían dar la ronda y suministrar los calmantes a los heridos.
Es una mujer blanca, de voz suave, escucharla da consuelo y te brinda tranquilidad”, aseguraban enfermos, pero nunca nadie la tocó. Su uniforme, perfectamente delineado y blanco fue el motivo por el que la llamaron ‘La Planchada’.
DEL AMOR AL DESPECHO
Conforme pasan los años, la narrativa cambia, algunos afirman que depende del que la cuente, otros, que ‘La Planchada’ fue una mujer que fue traicionada por un médico y pasó de ser la enfermera entregada y afable a un dama malhumorada, rencorosa y desatendida.
Eulalia le llaman. Cuenta la historia que su amor por su profesión la llevaba a atender en demasía a los pacientes: Pasaba horas de más cuidando de ellos y supervisando que su recuperación fuera lo más pasadera.
Al lugar llegó un médico. El día que fue presentado al personal del hospital, la única ausente fue Eulalia, quien estaba atendiendo a unos de los pacientes. No se enteró de Joaquín y menos de los primeros informes de él, como que estaba próximo a casarse y podría ser temporal su estancia.
Pasaron los días, aunque llegó a escuchar del doctor Joaquín, no fue hasta que le asignaron el pabellón en que el médico realizaría unas rondas que lo conoció. De Eulalia se sabía poco, pese a su sonrisa contagiosa y su impecable relación con los enfermos, nadie le conocía un novio. ¿Pretendientes? Sí. Varios en el hospital querían salir con ella.
Ese sigilo sentimental terminó tras unos días de tratar a Joaquín, sólo que la relación era secreta. Argumentando que era lo mejor para ella, el doctor aseguraba que no quería que la vieran como una vía para ganarse un lugar en la institución.
El amor se apoderó de Eulalia, que accedió a cuanta petición le hacía Joaquín, pero todo llega a un límite, el día en que iba a pedirle hacer pública su relación, el médico le dijo que quería casarse con ella. Un pequeño inconveniente evitaría darlo a conocer, pidió a la enfermera que lo hicieran después de un viaje que tenía planeado y debía realizar.
Aceptó Eulalia. Le alistó su ropa y le preparó la maleta. El viaje tendría una duración de 15 días… pasó el tiempo, ya rondaban los 20 días cuando recibió la invitación de un compañero, a lo que respondió que no podía porque era novia del Dr. Joaquín.
¿Joaquín?, le preguntaron y las palabras subsecuentes fueron una lápida para Eulalia. El galeno se encontraba de luna de miel y antes de irse tramitó su traslado de hospital… desde entonces la enfermera dedicada y sonriente se convirtió en una mujer fría, que constantemente recibía llamadas de atención por desatender a sus pacientes.
Transcurrieron lo años, Don Destino quiso llevar en su agonía Eulalia al hospital en que escribió su leyenda… ¡murió! Desde entonces, afirman algunos, la mujer se aparece en los pasillos del hospital atendiendo a enfermos, dando consuelo a dolientes y apoyando a enfermeras… Leyenda es y sigue siendo ‘La Planchada’.
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Post y Contenido Original de : Excelsior
Leyenda entre el desamor y la traición… ‘La Planchada’
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