El Gobierno de México trabaja de manera coordinada con las autoridades municipales, estatales y diversas dependencias.
La noche del jueves 9 de octubre, la vida se detuvo para los habitantes de esta comunidad indígena. Un desastre sin precedentes ocasionado por las intensas lluvias que provocó que el río Chapula se desbordara y saliera de su cauce, dejó desolado y arrinconado este lugar en la Huasteca Hidalguense; casas enteras sepultadas, caminos cerrados, postes de luz arrastrados por las corrientes de agua, deslizamientos de tierra y 5 personas desaparecidas.
Lo que narran los habitantes, son historias de dolor y desesperación. Este acontecimiento quedará marcado en la memoria de sus pobladores por el tamaño del desastre y porque además significó la pérdida de un pueblo que quedó sepultado entre piedras y lodo.
La historia de Saraí la cuenta mientras le escurren lágrimas en las mejillas. Tiene 26 años; tres hijos; de 18, 8 y 3 años, respectivamente. Salieron de su casa; los 5, junto a su esposo, cuando el agua ya le cubría ambas piernas completamente. Se fueron a resguardar en el cerro, “nos salvamos de milagro”, dice.
No para de llorar mientras rememora esa trágica noche. Señala con la mano, justo donde está parada, entre la mezcla de tierra, grava y arena que ahí quedó sepultada su casa. Después de 10 años de construir a su familia y su patrimonio, “lo perdió todo”, afirma.
Martín cuenta que su hermana Guadalupe también perdió su casa y todas sus pertenencias. “No dio tiempo de nada, el río se vino para acá en instantes, sólo corrimos para salvarnos”, dice.
Otros, pudieron sacar algunas pertenencias y resguardarlos en lugares altos, otros subieron al cerro en donde pasaron incluso hasta tres días para que vinieran a rescatarlos vía aérea, porque se quedaron totalmente incomunicados y no había manera que se supiera en el exterior de este suceso lamentable.
Dos hermanas; de 14 y 26 años, bajan por cuarta ocasión a la comunidad por las pocas pertenencias que rescataron, luego suben cuesta arriba durante dos horas mientras cargan sobre la espalda una parrilla, cobijas y agua que solicitaron al Ejército Mexicano, quienes resguardan y reparten víveres en la comunidad.
Chapula estaba asentada en la ribera del río, integrada por 379 habitantes, que habitaban en 160 viviendas, enclavada en la Huasteca hidalguense. Hoy, para acceder a la comunidad sólo se puede hacer vía aérea o a pie, después de 2 horas e incluso rutas de 4 horas de camino sumamente accidentado.
Hasta este territorio llegaron servidores públicos, promotoras y promotores del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) encabezados por su director general, Adelfo Regino Montes, después de recorrer las comunidades indígenas de la Sierra Norte de Puebla, la Huasteca Potosina y la Huasteca Veracruzana, impulsados por la convicción de que servir a los pueblos y comunidades indígenas se hace en territorio; con el pueblo y para el pueblo, con amor y esperanza.
Después de un recorrido a pie de 4 horas, cuesta abajo, el titular del INPI llegó a la comunidad para acompañar el dolor y escuchar de viva voz a las familias indígenas con sensibilidad, solidaridad y profundo respeto, cumpliendo con la encomienda de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, de atender a los damnificados de manera directa e inmediata.
Al acompañar al titular del INPI en su recorrido, la delegada de la comunidad, Concepción Hernández Hernández, solicitó al Gobierno de México apoyo humanitario y de búsqueda para la localización de las cinco personas desaparecidas, quienes según refieren los vecinos, podrían encontrarse sepultadas entre los escombros en los cauces del río.
También solicitó la realización de estudios geológicos que permitan determinar el grado de afectación de los suelos y con base en sus resultados, definir la viabilidad de la reubicación de la comunidad; así mismo, la construcción de aproximadamente 160 viviendas en el terreno destinado a la reubicación de las familias afectadas y ubicación y el acondicionamiento de un Albergue Comunitario en Zacualtipán o en Tianguistengo, con los servicios básicos de hospedaje y alimentación, en tanto se realiza la reubicación y reconstrucción de las viviendas afectadas.
Hernández Hernández, agradeció al Gobierno de México el apoyo que ha brindado a la comunidad, por el envío de víveres a través de la Secretaría de la Defensa Nacional vía aérea, además de la presencia del Ejército Mexicano quienes se encuentran instalados en la comunidad aplicando el PLAN DN-III.
En ese sentido, tras culminar su recorrido en la comunidad para supervisar de manera personal los daños ocasionados por las lluvias y escuchar atentamente los testimonios de esta tragedia, así como las demandas de la comunidad, el titular del INPI reafirmó su compromiso de dar atención prioritaria a esta comunidad, en particular, de realizar la gestión ante las instancias competentes para que a la brevedad posible se realicen los estudios técnicos para determinar la reubicación de la misma, cuidando en todo momento la integridad de todos sus habitantes.
Destacó que el Gobierno de México trabaja de manera coordinada con las autoridades municipales, estatales y diversas dependencias del Gobierno de México para atender a la población. Informó que el INPI se sumará con el envío de toneladas de maíz, frijol y sobre todo de “Maseca”, respondiendo a la demanda de los que se encuentran en labores de limpieza en la comunidad.
Finalmente, Regino Montes ratificó que en el contexto de esta emergencia por lluvias, el INPI trabaja desde el territorio, acompañando a las familias y para que la ayuda llegue de manera directa, cumpliendo con la encomienda de la presidenta de la República, de estar cerca del pueblo y no dejar a nadie solo, en cumplimiento con el mandato constitucional del Artículo 2° que establece que el Estado debe garantizar y proteger los derechos fundamentales de los pueblos y comunidades indígenas.
