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viernes, marzo 28, 2025

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Anaquel Literario

Club de lectura Anaquel Literario

Ana Saavedra Villanueva

 

La semana anterior les hablaba sobre la mediación lectora como un esfuerzo por incentivar la lectura en el país. Pero desde luego no es el único que se realiza en el país; así que quiero comentarles sobre el programa Nacional de Clubes del Fondo de Cultura Económica.

Su característica principal es que los fundadores lo hacen desde su condición de voluntarios. En ese sentido toda persona mayor de edad que tenga interés en formar un Club de lectura en su comunidad está invitado a integrarse a la capacitación gratuita que dan, en modo virtual, para que al final de ésta, el Fondo de Cultura Económica otorgue un folio que identificará a tu club de lectura, te servirá para poder solicitar espacios públicos, si así lo determina el encargado del club, y también te hará acreedor a material bibliográfico para ir formando el acervo de tu club.

Se comienza con un acervo “semilla” y posteriormente se puede acceder a otras invitaciones para ampliar el acervo de tu Club.

Anaquel Literario forma parte de este esfuerzo desde hace casi tres años. Una de las principales ventajas que brinda este programa es la total libertad al fundador del club; lo que quiere decir que puede ser integrado por vecinos, por gente de la comunidad; puede llevarse de forma totalmente presencial o por el contrario ser cien por ciento virtual, incluso se acepta en su forma híbrida.

La programación de las reuniones y los horarios, también están sujetos a la conveniencia del fundador y el segundo responsable. Del mismo modo que el público objetivo, el rango de edad de los participantes y desde luego los libros a leer durante las sesiones.

Esta estrategia me parece una forma inteligente de incentivar a la vez que se deja total libertan de acción en la forma en que cada club se va construyendo.

Anaquel Literario y su club de lectura ha tenido grandes cambios en el tiempo. En un inicio era totalmente en línea, pues aproveché que veníamos todavía saliendo de la pandemia y eso ayudó a tener gente de otras latitudes dentro. En ese momento el público fue enfocado en los adultos, así como los libros que leímos. Nuestras reuniones eran dos veces a la semana y en la última comentábamos la conclusión de la lectura.

El ánimo de salir de nuevo se impuso y también un cambio, el club de lectura en su segunda etapa estuvo concentrado en un público infantil/juvenil, conformado por integrantes cercanos a las colonias vecinas. El resultado fue muy productivo y con muchísima participación e interés por parte de chicos y chicas participantes.

Las actividades no solo incluían lecturas de los libros que les interesaban, sino ejercicios que despertaban su creatividad e interés no solo en leer, sino en crear sus propias historias. Al ser integrantes jóvenes también se complementaban sus ejercicios con: la plásticas, la música y hasta las puestas en escena en que ellos mismos representaban momentos del cuento o cambios de trama para darles un giro dependiendo de sus intereses.

Aunado a lo anterior la Fundación Cultural México Orgullo y Tradición, con sede en Querétaro y de la que soy directora de Creación Literaria desde el 2017; integró también como parte de sus actividades a la del Club de Lectura de Anaquel Literario.

De este modo, una vez al mes, los alumnos de la fundación, en que buscamos educar para la paz a través del arte, tienen acercamiento no solo con la literatura y los libros; sino con escritores del estado que de forma voluntaria acuden a platicar sobre sus historias dando así una visión más amplia a los alumnos.

Estas dinámicas también se han llevado a cabo en nuestros Centros Comunitario de Paz, principalmente en “Fuentes”, ubicado en San José el Alto. Pero también se ha presentado en el CECOP “El Huizache” ubicado en Peñamiller.

Este mes comenzaremos con un proyecto ambicioso de crear mil grullas por la paz, según la leyenda China japonesa que indica que quien haga mil grullas de papel se le concederá un deseo. Tradición que cobró relevancia gracias a Sadako Sasaki, una niña japonesa que se hizo conocida a nivel mundial por su lucha contra la leucemia, enfermedad que desarrolló como consecuencia de la radiación de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima en 1945. A los 12 años, fue diagnosticada y mientras estaba hospitalizada, comenzó a hacer mil grullas de papel, inspirada por la leyenda. Sadako, esperanzada en curarse, intentó cumplir esta tradición, pero falleció en 1955 antes de alcanzar su meta. Su historia se convirtió en un símbolo de la paz. Hoy en día, su figura es recordada en el “Monumento a la Paz de los Niños” en Hiroshima. Como una muestra de empatía con las víctimas y con un deseo de paz, desde el Club de Lectura de Anaquel Literario y gracias a la Fundación México Orgullo y Tradición y sus diez Centros Comunitarios de Paz esperamos lograr la meta en este año para el 6 de octubre, día que se conmemora la Paz en el mundo.

Recuerden que seguimos recibiendo sus comentarios en [email protected] “interactúa con la literatura con Anaquel Literario”.

La entrada Anaquel Literario aparece primero en Noticias de Querétaro.

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