30.8 C
Mexico
sábado, febrero 22, 2025

Buy now

Anaquel Literario

Octavio Paz de primera mano

Ana Saavedra Villanueva

La semana pasada les compartí parte de mi plática con Miguel de la Cruz, el periodista cultural más importante actualmente a nivel nacional. También les adelanté que no fue de lo único que hablamos, así que, en honor a la justicia, ahora les comparto su respuesta ante mi interés por conocer cómo fue conocer y hablar con Octavio Paz.

Miguel de la Cruz:

Con Octavio Paz fue distinto, no tuve entrevista extensa sino preguntas aisladas. El primer encuentro sucedió en El Colegio de México, fue la primera aparición en público tras obtener el Nobel, Paz asistió a esta institución a dictar una conferencia sobre Jaime Torres Bodet, cuando concluyó, resultó evidente la nube de reporteros, camarógrafos y fotógrafos que se movió hacia el espacio por donde saldría Octavio Paz, parecía consigna cerrarle el paso y tratar de extraerle algunas palabras, sucedió lo inesperado, Paz ante los medios levantó las palmas y dijo, estoy dispuesto a responder todas las preguntas de los reporteros, inteligencia que desarmó el acoso bárbaro, en lugar de que los reporteros lanzarán preguntas atropellándose palabras contra palabra, se hizo un silencio, el objetivo era despojar de un sonido abecedario a quien todos supusieron, trataría de evitarlos, puesta así la situación contraria a lo esperado, no hubo recurso disponible, hasta que una reportera empujada por la deshonra que significaba no tener por lo menos una pregunta para un Nobel dispuesto, dijo, ¿Podría hablarnos del grupo de Los contemporáneos? Paz con paciencia dijo, bueno usted me pide que aborde un tema que amerita una conferencia como la que acabo de dar, será tema de otro momento, ante la ineficacia de su lance erróneo, la misma reportera apresuró un segundo intento: ¿Puede hablarnos de su punto de vista acerca de la situación económica actual del país? De nuevo investido de paciencia dijo, si vine aquí a hablar sobre un intelectual relacionado con las letras por lo menos podrían preguntar de un tema afín con este personaje.
Desde que escuché su conferencia me llamó la atención que en alguna parte planteara la interrogante, por qué, si ya se había abordado a Torres Bodet como intelectual y funcionario público, por qué nadie había tratado las características de la persona, se enojaba, era iracundo, se emborrachaba, que hay de su temperamento. Así que dirigí la pregunta, ¿por qué era importante eso? Respondió satisfecho.
Cuando regresé al canal después de esta cobertura, quien dirigía el noticiario cultural me mandó llamar y me dijo, ya sabías porque Paz destacó ese aspecto en su conferencia, dije no. Me aclaró que Torres Bodet era homosexual y al menos se podía interpretar que esa parte de la ponencia buscaba plantear si esa condición había generado interés o análisis como habían asimilado esa condición quienes lo rodeaban. Nunca supe cómo se enteró de mi pregunta, que finalmente le había parecido oportuna.
Como si el rumbo influyera, el segundo acercamiento a Octavio Paz fue por el mismo rumbo, esta vez en el FCE, la orden desde el noticiario fue la siguiente, Octavio Paz, asistiría como espectador a la presentación de un libro, previamente con alguien del noticiario se había acordado que el Nobel daría un testimonio sobre un tema que ahora mismo ya no recuerdo, por lo que mi misión era plantearle específicamente una pregunta que me habían entregado redactada. Todo transcurrió de acuerdo con lo programado, el mismo Octavio Paz se acercó a la cámara, le agradecí, le hice la pregunta y mientras él emitía la respuesta, el camarógrafo se aproximó hacia mi para decirme, córtale, no estoy grabando.
Al avisarle al Nóbel que había una falla en la grabación, entró en confusión, no sabía que nada de lo que había dicho se grabó, pensaba que sí, ahora, a la distancia que marca el tiempo, supongo, que como toda práctica intelectual, él sabía bien que aún hablando del mismo tema, en una segunda grabación, era muy probable que sonara distinto y en el peor de los casos, contradictorio. Con esa reflexión suena lógica la infame petición que me hizo, tan pronto se solucionó el problema técnico, preparado para reiniciar la grabación dijo, solo le pido una cosa, no me haga la misma pregunta. Yo no tenía otra pregunta, el acuerdo, según entendía, era hablar específicamente de lo que refería una pregunta. La situación es como si a un soldado raso con una bala en su fusil, le correspondiera de pronto diseñar una nueva estrategia de batalla. Con los arrestos de los años habría sido simple aclararle que la encomienda era para que hablara exclusivamente del tema requerido, además de mostrarle en la cámara que nada dicho antes por él mismo, se había grabado. Suena sencillo, para mí, inexperto entonces y ante un Nóbel, no lo fue. Debía resolver en segundos como plantearle la misma pregunta, de tal forma que sonara distinta, así lo intenté con un rotundo fracaso. En lugar de responder, encendido en cólera, dijo o mejor dicho casi gritó: Que no me haga la misma pregunta. Si usted usa lo que dije al principio le armo un teatrito. Aunque no me lo había propuesto, ilógico que así fuera, conseguí la expresión iracunda más original de un Premio Nóbel. Algo habré hecho para no abandonar el objetivo que, finalmente, cumplí, retomó el tema, se grabó y al terminar, mostró otra faceta encomiable de su carácter, absolutamente más tranquilo, dijo, creo que tuve un exabrupto por lo que me disculpo. Así fue el contacto directo en exclusiva con Octavio Paz. (SIC)

Recuerden que seguimos recibiendo sus comentarios en: [email protected] “Interactúa con la literatura en Anaquel Literario”.

La entrada Anaquel Literario aparece primero en Noticias de Querétaro.

Related Articles

Stay Connected

0FansLike
0FollowersFollow
0SubscribersSubscribe
- Advertisement -spot_img

Latest Articles