El Tren Maya, la ambiciosa megaobra del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha provocado un “ecocidio” en la selva húmeda del Caribe mexicano, destruyendo alrededor de 10 millones de árboles, según advierten activistas medioambientales tras un recorrido por la zona.
La organización Sélvame del Tren en Quintana Roo lidera la lucha contra esta destrucción, destacando que el proyecto ha eliminado una parte significativa de una selva saludable. El biólogo y espeleólogo, Roberto Rojo, habló en medio de las obras en Playa del Carmen, señalando la devastación de numerosas plantaciones y la transformación de la exuberante selva en una imagen desoladora.
Hemos estado luchando todo este tiempo y, sin embargo, hasta ahora no logramos salvar este fragmento de selva que se tiró. Calculamos que se ‘asesinaron’ más de 10 millones de árboles de una de las selvas saludables que nos quedan en México”
Explicó Roberto Rojo, miembro de la organización Sélvame del Tren en Quintana Roo, en el sureste del país.
Este ecocidio es solo uno de los problemas generados por el Tren Maya, que abarca más de 1,500 kilómetros de vías férreas en cinco estados del sureste de México. Originalmente, se prometió que el tren seguiría una ruta paralela a la carretera, pero se modificó para atravesar la selva, causando una significativa deforestación. Activistas ambientales han levantado su voz para detener el paso del tren por esta área, buscando proteger cuevas y cenotes afectados por la construcción del controvertido Tramo 5 que conecta Cancún con Playa del Carmen.
Desde un principio, los habitantes de Playa del Carmen sabían que esta zona, donde se encuentran más de 1.800 kilómetros de cuevas y dos de los ríos subterráneos más grandes del mundo, iba a ser un punto importante del proyecto, aunque el Gobierno aseguró que la obra se desarrollaría paralela a la carretera.
Sin embargo, poco después, los planes cambiaron y las autoridades decidieron cambiar el trazado para mandarlo justo en medio de la selva, provocando la deforestación.
Las selvas húmedas en México, que constituyen el ecosistema representativo del sureste del país, han experimentado una pérdida significativa, según cifras de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). Se reporta que estas selvas han perdido un 49% de su territorio, y de la porción que aún se conserva, el deterioro alcanza el 66% en las últimas décadas. Estas estadísticas revelan una preocupante disminución y degradación del hábitat natural en el sureste mexicano, lo que destaca la urgencia de abordar y revertir los impactos negativos en la biodiversidad y el equilibrio ecológico de la región.
