En México, a pesar de los problemas que enfrentamos, tenemos la posibilidad de acceder a todo lo que deseamos.
Hace algún tiempo me encontré con una noticia que me hizo reflexionar sobre cómo no apreciamos todos los recursos y comodidades que tenemos en nuestro país, tanto para satisfacer nuestras necesidades básicas como las más innecesarias.
En medio de la crisis en Venezuela, el gobierno decidió abrir temporalmente una o dos fronteras con Colombia durante 14 horas para permitir que la gente tuviera libertad de movimiento y pudiera comprar lo que necesitara. Desde tempranas horas de la mañana, miles de personas provenientes de poblados que estaban a hasta 15 horas de distancia llegaron a la frontera para aprovechar la oportunidad de comprar alimentos y medicinas. La escasez de alimentos en Venezuela había llevado a que la gente estuviera pasando hambre, por lo que la apertura de la frontera fue recibida con agradecimiento y alegría por parte de los venezolanos. Desde las 4 de la madrugada, las filas de personas empezaron a formarse en el puente internacional Simón Bolívar desde el estado de Táchira para cruzar a Cúcuta en busca de productos básicos. Según las noticias, para la tarde ya habían pasado la frontera más de 35,000 venezolanos.
Hace algún tiempo, durante la celebración de un festival cultural, artistas de diferentes partes del mundo, incluyendo algunos países de Centro y Sudamérica que están cerca de nosotros, se mostraron sorprendidos y emocionados. Esto se debía a que, al visitar los supermercados, pudieron comprar una amplia gama de productos de primera necesidad, como pasta de dientes y champú, de diferentes marcas, colores y sabores, además de muchas otras cosas.
Me sorprendió otro caso que también me impactó, el de Oprah Winfrey, una presentadora de televisión estadounidense. Ella tiene una escuela en África para niñas africanas y durante un verano organizó una visita a Estados Unidos, donde se hospedaron en diferentes casas de familias. Al preguntarles sobre sus experiencias, la mayoría de las niñas africanas comentaron que se quedaron impactadas por la gran cantidad de tiendas en las calles y la abundancia de cosas y alimentos en las casas donde se hospedaron. Además, desconocían la cantidad de comida que se desperdicia y se tira en buen estado en los restaurantes y supermercados, lo cual sería suficiente para alimentar a miles de personas.
Es importante tomar un momento para reflexionar y reconocer que, a pesar de los desafíos que enfrentamos, México es un país donde tenemos acceso a una amplia variedad de productos. En casi cada esquina podemos encontrar tiendas que ofrecen todo tipo de productos, desde grandes establecimientos hasta pequeños negocios que pueden tener un surtido limitado. Ya sea que busquemos algo caro o económico, siempre hay opciones disponibles. Esto nos permite decir que tenemos una gran oferta de productos que cubren tanto nuestras necesidades básicas como aquellos artículos más superfluos, aunque solo unas pocas personas puedan permitirse adquirirlos.
Debemos sentirnos agradecidos de vivir en un país donde sus ciudadanos tienen la capacidad de adquirir todo lo que deseen.