La cantidad de niños que trabajan en lugar de ir a la escuela o disfrutar de su infancia ha aumentado un 1.7% entre 2019 y 2022, lo que plantea la pregunta de si el gobierno ha dejado de lado este problema.
Ayer, el INEGI publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022, los cuales revelan que la 4T no ha sido favorable para 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 17 años que estaban involucrados en trabajo infantil durante ese año. Según la definición del propio INEGI, el trabajo infantil se refiere a la participación de personas de 5 a 17 años en actividades laborales prohibidas, que van en contra de la legislación nacional y los convenios y recomendaciones internacionales. Esto incluye trabajar en sectores de actividad peligrosa, ser empleados por debajo de la edad mínima y realizar labores domésticas no remuneradas de manera peligrosa, ya sea por largas horas de trabajo o por estar expuestos a riesgos.
Durante el período de 2019 a 2022, hubo un incremento del 1.7% en la tasa de trabajo infantil, lo cual indica que hay un número considerable de niños que están trabajando en lugar de asistir a la escuela o disfrutar de su niñez.
Un total de 2.1 millones de personas se dedican a actividades económicas que no están permitidas, lo cual representa una cifra similar a la registrada en el año 2019. Esta cantidad incluye tanto a aquellos que no cumplen con la edad mínima legal para trabajar (15 años) como a aquellos que realizan ocupaciones consideradas peligrosas hasta los 17 años.
El trabajo infantil no es igual en todos los casos y existen grandes diferencias. Según la encuesta, se puede ver claramente la desigualdad de género, ya que las niñas tienen más posibilidades de estar involucradas en trabajos domésticos en condiciones adversas en comparación con los niños. Sin embargo, más allá de las tareas domésticas, es muy preocupante ver que el 92.5% de los niños que realizan trabajos no permitidos están haciendo actividades peligrosas, poniendo en riesgo su integridad física y su salud.
El incremento del trabajo infantil en México pone en peligro el progreso socioeconómico de la nación, ya que cuando un niño trabaja, se ven reducidas las posibilidades de recibir una educación adecuada, se limitan las oportunidades a largo plazo y se afecta de alguna manera el crecimiento económico futuro del país.
Los menores que se encuentran laborando se encuentran expuestos a ambientes inadecuados que los ponen en peligro de sufrir accidentes o estar en contacto con sustancias dañinas, además de afectar su desarrollo psicológico. Las demandas del trabajo, sumado a la falta de espacios recreativos y educativos, pueden causar trastornos mentales como ansiedad o depresión. Además, las niñas que se dedican al trabajo doméstico contribuyen a la perpetuación de estereotipos y roles de género tradicionales.
El ENTI 2022 ha presentado datos detallados sobre el trabajo infantil en México, los cuales resaltan la importancia de abordar y eliminar este problema de manera urgente. A pesar de los esfuerzos del gobierno en las últimas décadas, el problema no solo continúa existiendo, sino que ha empeorado en los últimos años.
Es necesario encontrar soluciones que involucren a varios sectores y que estén integradas, con el fin de garantizar un futuro más esperanzador para los niños de México y, en consecuencia, para el país en su conjunto.
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