Vamos a encontrar soluciones para que la insatisfacción no se quede solo en desahogos esporádicos, sino que tenga un objetivo claro.
No hay una única forma de violencia, sino múltiples formas de violencia. A medida que se cumplen 55 años de la masacre estudiantil en Ciudad de México, es importante destacar la diferencia entre la violencia ejercida por el estado fuera de la ley y en contra de los ciudadanos, y la violencia que ahora sufrimos a manos de bandas criminales. Es cierto que en los tiempos del PRI y del PRIAN, a menudo se confundía la línea que separa la violencia legal ejercida por el estado de la violencia perpetrada por los delincuentes.
Hoy en día, no existe el riesgo de represalias por expresarse a través de manifestaciones, a diferencia de lo que ocurría en 1968. Es alentador presenciar cómo familiares y allegados de personas desaparecidas se movilizan, protestan y exigen a las autoridades una acción efectiva. Sin embargo, es importante destacar que aunque la protesta social genuina es necesaria, por sí sola no es suficiente.
El logro histórico de obtener respeto para expresar nuestras opiniones como grupo es un gran avance, y la violencia que enfrentamos debe ser un incentivo para que las autoridades tomen medidas al respecto. También es importante que se generen propuestas concretas para resolver los problemas de raíz.
Existen principios fundamentales en la estrategia actual de seguridad que son innegociables. Uno de ellos es abordar las causas de la criminalidad, además de los efectos, si queremos encontrar una solución definitiva. ¿Alguien puede argumentar en contra de esto? Los programas sociales y la promoción de la inclusión en el desarrollo son fundamentales para alcanzar la victoria final, por eso, más que enfocarse en “abrazos, no balazos”, la estrategia actual se basa en la idea científicamente irrefutable de que “Por el bien de todos, primero los pobres”.
Existe un principio fundamental que establece que no se puede combatir la delincuencia cometiendo delitos, como ocurrió en el pasado cuando se encubrían ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones forzadas por parte de policías y soldados, y otras formas de violencia permitidas por los gobernadores. El respeto a los derechos humanos por parte del Estado es esencial para lograr la pacificación.
Es importante entender que en la lucha contra la delincuencia se compite en términos de inteligencia, tecnología avanzada y estrategias organizativas que enfocan en la investigación de los delitos como prioridad.
Es importante tener en cuenta las características únicas de cada estado. En el caso de Zacatecas, se ha observado un cambio en su rol, pasando de ser un estado productor y de tránsito de drogas a convertirse en un mercado de consumo cada vez más lucrativo.
Antes, cuando la droga se producía y se transportaba hacia los Estados Unidos, nuestros jóvenes no morían asesinados. ¿Los 58 municipios tienen algún plan para prevenir y tratar las adicciones? ¿El gobierno estatal ha desarrollado planes específicos al respecto? Se sabe que hay iniciativas de estudiantes universitarios y de la iglesia católica, pero me preocupa que todo esté desorganizado y disperso.
El problema no es la falta de dinero, sino la falta de iniciativa. Si los alcaldes piden ayuda económica a los comerciantes y ganaderos que viven con miedo a las extorsiones, podrían recibir una respuesta positiva si se les asegura que las contribuciones serán utilizadas de manera honesta y confidencial. Sin embargo, varios prefieren entregar el control de los permisos para vender cerveza, contratos y permisos a las bandas delictivas. ¿Hasta cuándo seguiremos fingiendo que no sabemos esto?
La presencia de patrullas en todo el territorio de Zacatecas ha aumentado considerablemente gracias a la colaboración de la Guardia Nacional y el Ejército, lo cual ha logrado disuadir la violencia de manera significativa. Sin esta colaboración, la situación de violencia sería aún más grave.
Hay muchas personas que argumentan que no hacen nada porque los asesinos continúan matando y los secuestradores siguen secuestrando, ya que los delincuentes actúan en secreto frente a la autoridad más que frente a la sociedad.
Muchas veces los ciudadanos comunes sabemos información sobre las bandas criminales, pero nos da miedo hablar. La información anónima es muy importante, existen correos electrónicos y números de teléfono para este propósito, pero no se divulgan ampliamente.
¿Qué tal si en cada alcaldía se colocan carteles impresos de manera muy visible con esa información? ¿Y si hacemos lo mismo utilizando vallas publicitarias a lo largo de las carreteras? ¿Y si invitamos constantemente a las personas a tener en su lista de contactos los números a los que pueden hacer denuncias anónimas, asegurando la confidencialidad?
Es necesario cambiar nuestra actitud en cuanto a la vigilancia nocturna en las colonias. No puede depender de personas que dependen de las contribuciones de los vecinos. Deberían existir casetas equipadas mínimamente y con guardias nocturnos que sean adecuadamente remunerados.
En muchas colonias y comunidades abandonadas o utilizadas para otros propósitos, existen muchas canchas deportivas. ¿Qué tal si de manera organizada y adecuadamente supervisada se aprovechan estas canchas para ofrecer opciones saludables para el uso del tiempo libre? ¿Es posible que la difusión cultural de la UAZ pueda regresar a barrios y comunidades como solía hacerse en el pasado?
Es importante que la protesta social sea un motivo para buscar soluciones reales y no se convierta en una herramienta para favorecer a grupos políticos durante las elecciones.
Es importante que el descontento que sintamos no se quede simplemente en expresiones esporádicas, sino que tenga un propósito o dirección clara.
En nuestra región, aparte de enfrentar la violencia, también experimentamos dificultades económicas debido a la manipulación política que se aprovecha de esta tragedia para obtener beneficios electorales.
Es necesario contar con una comunicación hacia el exterior que sea inteligente y equilibrada.
Quedamos el día jueves en el lugar llamado Recreo.
“Usuario desconocido”