El Papa Francisco hizo un llamado a ayudar a los migrantes que ponen en riesgo sus vidas en el mar, durante su visita a Marsella. Durante el evento, un joven migrante de Costa de Marfil leyó un pasaje sobre el naufragio del apóstol San Pablo en Malta.
Durante su visita a Marsella, el papa Francisco hizo un llamado a brindar ayuda a los migrantes que ponen en peligro sus vidas en el mar. Estas palabras fueron dirigidas a las asociaciones que trabajan en la asistencia de estos migrantes, en medio del debate en Europa sobre la acogida de refugiados.
Es importante ayudar a las personas que están en peligro de ahogarse cuando son abandonadas en el mar.
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El papa argentino declaró que es nuestra responsabilidad como seres humanos y como sociedad civilizada ayudar a las personas que corren el riesgo de ahogarse al ser abandonadas en el mar.
El Papa argentino afirmó que es una responsabilidad humana y una obligación de nuestra sociedad.
De esta manera, el papa pronunció estas palabras frente a la basílica neobizantina de Nuestra Señora de la Guardia, la cual está adornada con una estatua impresionante de la Virgen sosteniendo al niño Jesús. En señal de homenaje a los desaparecidos en el mar, el papa depositó flores blancas y amarillas.
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Estamos hablando de personas con nombres y apellidos, con rostros e historias, con vidas rotas y sueños destrozados. Ante esta tragedia, las palabras no son suficientes, se necesitan acciones concretas", enfatizó frente a líderes religiosos y miembros de organizaciones de ayuda a migrantes. Estamos hablando de personas con nombres y apellidos, con rostros e historias, con vidas rotas y sueños destrozados.
Ante una situación tan difícil, las palabras no son suficientes, lo que importa son las acciones. Esto fue enfatizado frente a líderes religiosos y miembros de organizaciones que brindan ayuda a los migrantes.
Sin embargo, expresó su agradecimiento a estas personas por su labor, especialmente porque en ocasiones los gobiernos europeos les impiden salir para llevar a cabo los rescates, lo cual consideró como actos llenos de odio.
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Fabienne Lassalle, responsable de la organización no gubernamental SOS Méditerranée, expresó su satisfacción por el reconocimiento a su trabajo y espera que sus palabras tengan un impacto significativo para poner fin a la criminalización de su labor.
Además, Junior, un migrante joven de Costa de Marfil, tuvo la oportunidad de leer acerca del naufragio del apóstol San Pablo en Malta.
Asimismo, Ainhoa y Angy, dos niñas de ocho y diez años que viven en Francia y tienen ascendencia ecuatoriana y portuguesa, le dieron al papa dos cartas y a cambio él les dio dos rosarios.
Ainhoa compartió que en su carta le pidió al destinatario que orara por los niños desamparados y pobres en todo el mundo que no tienen padres. Además, expresó que se sentía muy emocionada de poder hablar con él.
La llegada de su visita se produce poco después de que miles de migrantes arribaran a la isla de Lampedusa, lo cual llevó a la Unión Europea (UE) a implementar un plan para asistir a Italia en el manejo de esta ruta migratoria proveniente del norte de África.
En 2013, durante su primer viaje como pontífice, el Papa visitó Lampedusa y también centros de migrantes en Grecia. Durante su visita, expresó su tristeza por la crueldad y la falta de compasión que se experimenta en el Mediterráneo.
Es importante destacar que, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 28 mil personas migrantes han desaparecido en el mar desde el año 2014 al intentar llegar a Europa desde África.
Por otro lado, Boubacar, quien llegó a Marsella hace una década, recuerda los obstáculos que enfrentó antes de llegar a Lampedusa.
Él mencionó que estuvieron en el mar durante 24 horas sin alimentarse, sin hidratarse y sin poder ir al baño.
