Es crucial que México se convierta en un actor importante en la cadena de suministro de chips. Para lograrlo, es fundamental implementar una estrategia sólida que atraiga inversiones y fomente la producción, con el respaldo de Estados Unidos.
Hace algunas semanas, la prestigiosa revista estadounidense Foreign Affairs publicó un artículo llamado "La ventaja de los microchips en México: la forma correcta de alejar de China la cadena de suministro de semiconductores". En este artículo, los autores, Chris Miller, profesor asociado en la Escuela Fletcher de la Universidad de Tufts, y David Talbot, director asociado de Política Económica en el Instituto Milken, sostienen que Estados Unidos debería considerar a México como una opción para fortalecer sus cadenas de suministro de microprocesadores o chips.
Según Miller y Talbot, la aprobación de la Ley de CHIPS y Ciencia en el Congreso de Estados Unidos hace un año pone de relieve la importancia de reconfigurar las cadenas de suministro de electrónica que se centran principalmente en China. Los créditos de la Ley CHIPS han incentivado la fabricación interna, pero las tensiones entre Estados Unidos y China están obligando a muchas empresas tecnológicas a buscar otras opciones de producción. Estas empresas están considerando países de Asia, como Vietnam e India, y están dejando a México, un socio comercial clave de Estados Unidos, en segundo plano. América Latina, especialmente México, podría ser una alternativa frente a los riesgos presentados por el suministro asiático.
Los autores afirman que México, que tiene experiencia en la fabricación avanzada, tiene ventajas significativas: una sólida relación con Estados Unidos, una fuerza laboral rentable y un acuerdo comercial resistente. Además, su cercanía geográfica reduce los problemas logísticos. Sin embargo, México no es un actor principal en la fabricación de alta tecnología como lo es Asia. Es evidente que se ha perdido una oportunidad al depender demasiado de un continente lejano, lo que convierte a México en una opción estratégica para estabilizar la cadena de suministro.
A pesar de las ventajas mencionadas anteriormente, México no cuenta con una red sólida de empresas de alta tecnología como la presente en Asia. La dominancia asiática en esta industria es evidente, ya que controla el 81% de la fabricación de semiconductores, mientras que Estados Unidos solo representa el 3% y nuestro país incluso menos. Los componentes de dispositivos como los smartphones se fabrican principalmente en Asia, lo cual genera una dependencia continua a pesar de las tensiones existentes con China.
Estados Unidos considera que enviar chips producidos en estados como Arizona y Texas a Asia para su empaquetado y ensamblaje no es eficiente. México se muestra como una opción viable para llevar a cabo estas operaciones, ya que gigantes como HP ya lo están considerando. No obstante, México enfrenta desafíos como una infraestructura insuficiente, la falta de una red de productores como en Asia y preocupaciones sobre la seguridad, lo que limita su potencial en este sector.
México requiere implementar una estrategia sólida que promueva la atracción de inversiones y producción, con el respaldo de Estados Unidos. Es fundamental fomentar una colaboración más estrecha entre ambos países y ofrecer incentivos para atraer a la industria tecnológica.
Los expertos llegan a la conclusión de que confiar demasiado en China representa peligros para las compañías de Estados Unidos y sugieren que México, debido a su cercanía geográfica y relaciones con Estados Unidos, podría desempeñar un papel importante en la reorganización de la cadena de suministro tecnológico. Sin embargo, lograr esto requerirá una planificación cuidadosa y una colaboración efectiva entre ambos países.
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