Rumbo a Río III

Los pronósticos que ha realizado una de las revistas de más importancia en el ámbito deportivo, Sports Illustrated, en torno a los ganadores de medalla de los Juegos Olímpicos de Río 2016 no auguran cosas muy buenas para la delegación que nos representará a partir del jueves, que inician las hostilidades, pasando por la ceremonia inaugural, el viernes, hasta la clausura, el 21 de agosto.

De acuerdo al análisis de los colegas de SI, el equipo de futbol ganará el bronce, por detrás de Brasil y Colombia, mientras que en la rama femenil sólo vaticinan una de plata para María del Rosario Espinosa en el Tae Kwon Do, honestamente que ojalá que estén totalmente equivocados, sin embargo, tampoco estamos para pronosticar muchas medallas más, quizá el propio Tae Kwon Do, los clavados, el triatlón y alguna sorpresa más, nos podrían dar satisfacciones.

El panorama no es tan halagador como debía ser después de lo ocurrido en Londres 2012, donde la muy atinada dirección de Bernardo de la Garza en la Conade generó un inmenso impulso, así como un ánimo muy positivo en nuestros deportistas y, a la postre, la segunda mejor actuación de nuestro país, con la cosecha de siete medallas, incluida la sorpresiva medalla de oro en el futbol en aquella inolvidable final en Wembley, derrotando a Brasil, algo inexistente en estos tiempos, sin duda, una lástima, pues el proceso, desde los juveniles, venía en un claro ascenso.

Los inolvidables Juegos Olímpicos de México 1968 han sido, por mucho, la mejor de las actuaciones de los nuestros con nueve preseas, tres de ellas de oro, la del Tibio Muñoz en los 200 metros de pecho, así como dos en el box a cargo de Ricardo Delgado y Antonio Roldán, de ahí y pasando por páginas muy grises vendría el éxito en Los Ángeles 1984, en unos juegos con una gran cosecha de seis medallas, aunque marcados por el boicot de los países socialistas, y más adelante la enorme actuación de Sidney 2000, también con seis medallas, pero con todas la naciones presentes.

Lamento no poder augurar algo así, seis o siete medallas, quizá mis pronósticos no sean tan pesimistas como los del Sports Illustrated, pero tampoco son los que, a todas luces, parecían viables, no sólo por los resultados de Londres, sino por la inmensa camada juvenil que ascendía.

Esperemos que se presenten las medallas inesperadas, las que serían el resultado de una muy inspirada actuación de los nuestros, que han trabajado, contra viento y marea, cambios de rumbo, restricción en los presupuestos y una serie de medidas producto de las decisiones viscerales y faltas de criterio.

Ojalá…