El coronavirus (Covid-19) se originó en China, pero llegó a México proveniente de Italia. El virus, del que aún falta mucho por conocer, tardó 103 días en llegar a México. Una veintena de días después, justamente el 18 de marzo de 2020, murió el primer mexicano a causa de esta enfermedad.
De acuerdo con una rememoración hecha por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el virus SARS-CoV2, le quitó la vida a ese hombre de 41 años con diabetes, quien posiblemente se contagió tras asistir a un concierto de rock, en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México.
Sin embargo, recuerda la máxima casa de estudios, aquel no fue el primer mexicano contagiado por el SARS-CoV2; sino otro, de 35 años. El paciente cero de México fue detectado el 27 de febrero de 2020.
Se trataba de un residente de la Cdmx, quien se contagió en Italia, en donde estuvo del 14 al 22 de febrero. Afortunadamente se recuperó de la enfermedad, que acumula ya 184 mil 474 decesos en el país de acuerdo con el corte al 26 de febrero, y fue dado de alta el 2 de marzo.
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En un comunicado emitido esta semana, la Universidad Nacional Autónoma de México recordó que el primer caso de Covid-19 en el mundo ocurrió el 1 de noviembre de 2019. Ese paciente cero fue un hombre de 55 años, de la provincia de Hubei, sitio en donde se originó la pandemia que hoy tiene de rodillas al mundo.
No obstante, fue diciembre de ese año cuando se conoció que el mundo estaba enfrentando a una nueva enfermedad. Fue hasta enero de 2020 cuando se difundió oficialmente le brote del virus en la ciudad de Wuhan.
En enero del año pasado el virus ya se había diseminado 21 países, entre ellos Canadá y Estados Unidos. Pronto estaría en México, donde “no se tomaba en serio la posibilidad de padecer otra pandemia”, alertó Benjamín Ruiz, de la Facultad de Química de la UNAM.
El especialista recalcó que tras la epidemia de Influenza AH1N1 “no se generaron políticas públicas de importancia para salvaguardar la salud”. En tanto, el país sólo cuenta con un instituto nacional de diagnóstico y referencia epidemiológica, “pero no es suficiente”.
“Nadie entonces previó que su diáspora sería global, que nadie estaría a salvo, que no discriminaría ni por clase ni edad ni sexo. Agarraría parejo y sería letal”, apunta la UNAM al hacer un balance de la enfermedad.
El 11 de marzo, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la enfermedad Covid-19 como una pandemia global, millones de negocios tuvieron que bajar la cortina como medida preventiva. Muchas han sido las empresas que desaparecieron, mientras que miles de personas perdieron su empleo.
Además, muchas actividades mudaron al espacio virtual: clases, ventas, trabajo. La vida como la conocíamos cambió y no sabemos si será para siempre o pronto, con la llegada de las vacunas, habrá algún cambio.
A la fecha, en lo individual, todos hemos experimentado en carne propia los estragos de la enfermedad; algunos, quizá los menos afectados, solo han visto trastocadas sus rutinas cotidianas, otros se quejan de que no puede ir al cine o de vacaciones, pero algunos, perdieron a su familia entera a causa de la pandemia.
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Quedarse en casa, mantener la sana distancia y usar cubrebocas son las únicas alternativas para hacerle frente a este enemigo, aún pese a que la vacunación empieza a llegar paulatinamente a varias ciudades del país. Sin embargo, los humanos debemos entender que en este mundo somos solo huéspedes.
