En 1997, la actriz Adela Noriega dio vida a María Isabel en la telenovela producida por Carla Estrada para Televisa que llevaría el mismo nombre “María Isabel”; y en el melodrama, la actriz hizo una de las mejores escenas al tener que desprenderse de su hija, que sin serlo, la quería como tal. Seguramente, al verla, no podrás contener las lágrimas.
Sin duda, María Isabel fue uno de los personajes más emblemáticos de la Adela Noriega, ya que después de interpretar a jovencitas que estaban en busca del amor, esta vez fue mamá por razones de fuerza mayor y con ello, alcanzó un nivel de madurez también como actriz de telenovelas.
Rosa Isela (Ximena Sariñana), quien era la pequeña que se quedó a cargo de su madre adoptiva María Isabel Sánchez (Noriega), conoció el dinero y una vida llena de lujos después de que Graciela Pereyra (Ilse) y María Isabel, huyen de Nayarit y se van a vivir a la Ciudad de México para que ella pueda dar a luz, lejos de su padre que sólo la quería someter a su rectitud.
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Sin embargo, Graciela muere durante el parto pero antes, le hace prometer a María Isabel que si algo le pasa, ella se quedará con la bebé, a quien bautizan como Rosa Isela gracias a un recuerdo de su infancia; cuando eran niñas, Graciela le regala una muñeca tras irse a estudiar fuera del pueblo y María Isabel le pone tal nombre.
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Tras tocar varias puertas, María Isabel -una indígena huichol-, encuentra trabajo como sirvienta en una casa donde vive un empresario de nombre Ricardo Mendiola (Fernando Carrillo) que justamente había perdido a su esposa y su hija vivía con él, por lo que no hubo ningún impedimento para que se enamorara de la belleza y la humildad de María Isabel, quien además estaba a su servicio al cien por ciento.
Después de darle una vida decorosa con todo y sus limitaciones, apoyada por personas que alto poder económico, María Isabel es rechazada por Rosa Isela, quien en el colegio, aprendió a humillarla y avergonzarse de ella; pues sus amiguitas la envenenaban literalmente haciéndole ver que su madre era una indígena y no tenía por qué tener el cariño de ella.
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Sin ésta saber que María Isabel no era su verdadera madre; pero tiempo después María Isabel le cuenta la verdad sobre su madre a la pequeña y ésta “se arrepiente” de haberla humillado y haberse avergonzado de ella.
Al tiempo, su verdadero abuelo, el hacendado Don Félix Pereyra (Jorge Vargas), va por la niña a la casa de Ricardo Mendiola y ésta decide irse con él, por lo que le parte el corazón a María Isabel, pero ella le dice que si esos son sus verdaderos deseos, no va a interponerse, aunque se queda con el corazón roto.
Así fue la escena que seguro, hizo llorar a los fanáticos de la historia en 1997 o hará llorar a los que la vean en el siguiente vídeo: