En diciembre pasado, 1,500 despensas empaquetadas en San Salvador que estaban destinadas para palear los estragos de la pobreza en El Salvador aparecieron en el municipio de Tlahualilo, en Durango, al norte de México para fines electorales
Daniel Lizárraga
Los caminos de la corrupción son infinitos. En diciembre pasado, 1,500 despensas empaquetadas en San Salvador que estaban destinadas para palear los estragos de la pobreza en El Salvador aparecieron en el municipio de Tlahualilo, en Durango, al norte de México para fines electorales.
Las cajas de cartón rotuladas con la leyenda “Este paquete alimentario ha sido pagado con tus impuestos” para evitar que los funcionarios salvadoreños buscaran sacar raja para sus intereses personales, terminaron en manos de un mexicano que sí aprovechó los alimentos para enaltecer su figura:
Se trata de Juan Carlos Cazares Sandoval quien aparece en medios de comunicación como presidente del Módulo de Riego 06 y, sobre todo, aspirante a la presidencia municipal de Tlahualilo por Morena.
La despensas se repartieron en la víspera de navidad, el 24 de diciembre. Las cajas de cartón tienen un sello que dice: “Bienestar Social” y también puede leerse: “Programa de Emergencia Sanitaria (PES)”.
Entre la capital salvadoreña y ese pequeño municipio colindante con Coahuila, al norte de México, hay una distancia de 2 mil 660 kilómetros. Si las cajas fueron transportadas por carretera, el trayecto fue de 36 horas continuas.
Las despensas salieron de la frontera entre el Salvador y Honduras sin problemas, a pesar de formar parte de un programa oficial. Luego atravesaron el territorio hondureño y guatemalteco hasta la frontera de México.
Si los alimentos vinieron por carretera debieron pasar por Chiapas, Veracruz, Puebla, la Ciudad de México, Querétaro, Michoacán, Guanajuato, Aguascalientes y Zacatecas para finalmente llegar a Durango.
Si las cajas llegaron por barco, el puerto más cercano sería Mazatlán, Sinaloa. Por esta ruta, el transporte por tierra demoraría unas siete horas, una vez librados los trámites aduanales.
La noticia fue publicada en diciembre por algunos medios de comunicación en México. Sin embargo, la aparición de las despensas salvadoreñas en Durango cobró relevancia hace unos días cuando la información fue retomada por El Faro, en San Salvador.
Poco se sabe hasta el momento. Las autoridades han guardado silencio, como siempre. No obstante, el rastro de las despensas salvadoreñas podría arrojar luces sobre si los alimentos de ese programa oficial fueron distribuidos en otras partes de México con fines electorales.
Si las cajas llegaron hasta Durango -no muy lejos de la frontera con Estados Unidos- los alimentos también pudieron ser esparcidos en otras partes del país.
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