Los perros cuentan con muchas cualidades que los convierten en animales fascinantes, como su inteligencia y su olfato superpoderoso. Y tienen cosas en común con los humanos, como su instinto de pertenecer a un grupo. Sin embargo, ellos siguen sus propias reglas. Tienen sus propias maneras de ver y percibir el mundo, en las que los humanos no deberían de intervenir. Te compartimos las 5 leyes naturales que rigen las acciones de los perros, de acuerdo con César Millán, para ayudarte a entender más a tu mascota.
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1. Los perros son animales intuitivos
De acuerdo con César Millán, uno de los mayores errores que cometen los dueños de perros es humanizarlos, atribuirles sus propias necesidades y motivaciones para justificar sus comportamientos. Esta primera ley enseña que los canes no funcionan así, sienten emociones y piensan, pero de manera diferente a las personas. Ellos no lamentan el pasado si se preocupan por el futuro, solo piensan en el presente, y actúan de acuerdo a sus instintos.
Los perros viven en el momento, entonces no es posible corregir su comportamiento o actitudes de la misma manera que se hace con un niño. Reaccionan de acuerdo a lo que perciben del entorno, de otros animales, de sus dueños y de otros humanos. Es mucho más fácil que las personas aprendan a detectar las distintas reacciones de los perros, en lugar de que estos animales sean forzados a interpretar las emociones humanas.
2. Para ellos, su energía lo es todo
A diferencia de los humanos, y a pesar de que los perros son animales muy inteligentes, no son seres intelectuales y no se comunican a través de un idioma o dialecto. Pueden comprender palabras, porque las asocian con acciones específicas; pero en realidad en lo que se concentran es en la energía, las emociones y las intenciones que expresan sus dueños cuando dicen estas palabras.
La energía es la forma en la que los canes se comunican con sus semejantes, mostrando dominio, sumisión o agresión con movimientos corporales. De acuerdo con Millán, la energía es la combinación de intenciones y emociones que proyectan estos animales cuando interactúan entre ellos.
Esto explica por qué los perros responden bien a personas que les ofrecen energía tranquila y asertiva, pues ellos perciben a esta gente como personas equilibradas y con buenas intenciones. Por el contrario, quienes desprenden energía negativa o intenciones débiles, confunden a estos animales y los obligan a rechazar la interacción.
3. Se ven así mismos como especie, luego como raza y luego por su nombre
Los humanos se ven a sí mismos primero como un individuo, en segundo lugar como un miembro de una comunidad (con una nacionalidad o religión específica) y en último lugar como miembro de una especie. En los perros funciona al revés.
Para ellos lo más importante es que pertenecen a una especie animal, la canina. Se ven a sí mismos como animales antes que nada, que viven en el momento y se comunican a través de energía. Después se concentran en el hecho de que pertenecen a diferentes razas, para buscar su propio lugar en la manada y para hacer uso de las cualidades que le fueron otorgadas a cada raza.
Finalmente, sus nombres no significan mucho para los canes. Es un sonido que ellos escuchan y obedecen cuando sus personas favoritas los llaman, pero no es algo que ellos adoptan como parte de su personalidad. Simplemente es algo que asocian con su familia humana, y no con ellos mismos.
4. Los perros sienten desde su propia versión de la realidad
Los humanos y los perros tienen en común que experimentan el mundo a través de sus sentidos. Y para muchas personas, la vista es el sentido más importante, seguido del tacto, el gusto, el oído y por último el olfato. En los perros, el orden de importancia de sus sentidos es el siguiente: olfato (que es increíblemente poderoso), el gusto, la vista, el oído y el tacto.
Cuando te acercas a un can, él o ella ya te ha investigado usando su olfato desde una distancia de hasta cincuenta metros. Para ellos, el olor y la energía que perciben de ti es tu “nombre”. Entonces, ellos perciben el mundo a través de sus narices.
Y su olfato es todo un superpoder. Pueden oler todo tipo de moléculas y partículas que están presentes en el entorno y así saber quién o qué ha estado allí, qué tan cerca están y hacía donde fueron. Se trata de un mundo invisible para los humanos, pero que rige la vida de un perro.
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5. Pertenecen a una manada
Cómo descendientes de los primeros lobos domesticados, todos los perros poseen un fuerte sentido de manada y de comunidad. Esto explica por qué pueden llevarse tan bien con otros animales, especialmente aquellos que también disfrutan de vivir en manadas como los caballos y las vacas.
Es por esto también que los canes han podido relacionarse tan profundamente con los humanos, que también son seres sociales y buscan un lugar o una comunidad a la que pertenecer.