Osvaldo Müller – enero 12, 2021
El olor a muerte se respira al ingresar al Centro Médico Adolfo López Mateos, ubicado en la ciudad de Toluca, donde permanecen 64 pacientes intubados dentro del área Covid, aún con vida, pero ante la incertidumbre de que el futuro inmediato no pueda ser tan esperanzador para ellos ni para sus familias.
Un silencio desconcertante inunda los pasillos del hospital y los rostros del personal médico, enfermería, camilleros, administrativos y limpieza transmiten miedo y preocupación, ante la saturación de este sitio en el último mes, incluso más grave que la que enfrentaron en junio de 2020, cuando aparentemente había pasado lo peor.
En este sitio, las cosas nunca volverán a ser como antes, las risas y platicas en alguno de los rincones del Centro Médico ya no ocurren, pues ahora el único tema de conversación es el virus, ese con el que luchan todos los días, con temor de que el siguiente al que le toque, sea a uno de estos combatientes de la primera línea, quienes ya lucen cansados y desesperados.
La muerte acecha el nosocomio y aunque pareciera que ésta ya es una habitante permanente, no es bien recibida por los inquilinos.
«Nadie se acostumbra a estar viendo morir a la gente de una forma tan triste. Llevo diez meses metida aquí en el piso de Covid y es muy complicado porque te toca ver historias; no solo ves camas, no solo ves nombres y números de camas, ves gente , ves familia.
He visto morir familias enteras, papá, mamá, hijos. He visto morir parejas, adultos mayores que tienen 80 años, muere uno y, luego, muere el otro”, relató a Hoy Estado de México, la doctora Itzel Pérez Malpica, especialista en Medicina Integral del Adulto.
Con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos, la profesional de la salud mencionó que la ocupación hospitalaria se encuentra hasta el tope, ya que aquí se atienden a 210 contagiados por coronavirus, de los cuales 64 están conectados a un ventilador mecánico y, al resto, le suministran oxígeno.
“Esto se está empeorando cada vez más. Abrimos un nuevo piso y estamos viendo cada vez más situaciones difíciles. La gente que llega aquí al hospital ya recorrió cuatro, cinco o seis hospitales públicos y privados, ósea, no hay espacio, no hay lugar. No hay dónde atenderse”, destacó la médico Pérez Malpica.
De acuerdo con datos de las Secretarías de Salud federal y estatal, en el último mes, se registraron 19 mil 879 nuevos contagios; es decir, 641 casos detectados a diario en el territorio mexiquense, lo que ha ocasionado que el Estado de México apenas cuente con una disponibilidad de camas generales del 17 por ciento y de 19 por cientos en las que cuentan con un ventilador mecánico para quienes requieren ser intubados por falta de oxigenación.
En el tercero y cuatro pisos del Centro Médico «Lic. Adolfo López Mateos» -espacios que fueron destinados para la atención de los infectados por el SARS-Cov2-, el panorama es menos alentador.
Al interior, los enfermos que dependen de un respirador, permanecen acostados en posición decúbito dorsal, boca arriba e inconscientes, en espera de su recuperación.
Aquellos pacientes que se mantienen “estables”, no pueden permanecer ni un solo segundo desconectados de la toma oxígeno, pues su saturación pulmonar depende en gran parte del gas o, de lo contrario, perderían la vida.
El ingreso a ambos pisos se encuentra restringido al público en general y quien tienen el acceso únicamente, es el personal hospitalario, por lo que las visitas presenciales familiares permanecen suspendidas.
En el último mes, también se contabilizaron dos mil 449 nuevas muertes a causa del COVID-19 en esta entidad, lo que significa que, a diario, mueren 79 personas en promedio a causa de este virus; cifras que superan hasta en 600 por ciento las registradas por homicidios dolosos que se presentan en el territorio mexiquense, considerado uno de los más violentos del país.